Pero ¿qué creen que es un Municipio?

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Pero ¿qué creen que es un Municipio?Insisten los boletines de jurisprudencia en tratar de atraer nuestra atención ante las últimas sentencias como si hubiera una reciente colección de novedades. Es cierto que advertimos muchas veces, a través de los conflictos que llegan a los Tribunales, dónde hay problemas de aplicación e interpretación del Ordenamiento local o cuáles son las demandas de los vecinos, pero en otras ocasiones desconsuela leer cuestiones muy añosas, que confirman cómo no conseguimos avanzar al paso de los tiempos y cuán confusas están algunas ideas.

Eso he pensado al leer la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de octubre de 2009, que ha rechazado el recurso de casación presentado por una entidad local menor, en concreto, Carbonero de Ahusín (Segovia). Esta entidad pretendía segregarse y constituirse en Municipio, pero se había encontrado con el obstáculo de la Administración autonómica, que denegó la petición hace ya tiempo, en el año 2000. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León confirmó la legalidad del acuerdo autonómico después de muchos años (¡en 2007!) y esa sentencia es la que se recurre en casación.

Narran bien las sentencias que la petición de la entidad menor aparentemente satisfacía algunos de los requisitos que exige la legislación para crear nuevos Municipios. Cuando se presentó la solicitud por la entidad local menor no existía la exigencia de un número mínimo de vecinos para constituir un Municipio propio, como establece ahora la Ley de Castilla y León. La población de Carbonero de Ahusín es ciertamente exigua, poco más de un centenar de vecinos, y la capital del Municipio (Armuña) cuenta con algo más de ciento cincuenta vecinos. También parece que desde hace tiempo la gestión de los recursos económicos y la prestación de los servicios (no sé cuales, pues poco he encontrado en Internet, salvo fotos de preciosos paisajes de esa sierra) se realiza de manera separada en cada pueblo.  Parecían pues cumplirse “formalmente” los requisitos legales. Es más, he creído interpretar que la Corporación municipal era conforme a la separación. Sin embargo, con sensatez la Comunidad autónoma denegó la segregación porque la ordenación del territorio exigía atender a la escasa población y debía impedir “la fragmentación de las estructuras municipales”. Y es que la necesaria “viabilidad” de las Administraciones, “la racional probabilidad de subsistencia” son, como reitera la jurisprudencia, consideraciones que han de tenerse bien presentes para la consecución del “interés público”.

Ante estos permanentes conflictos de segregación municipal, me pregunto si los vecinos saben qué es un Municipio; si no confunden los pueblos con los Ayuntamientos y el ejercicio de cierto poder local; si realmente se dejan embaucar por quienes quieren incrementar los puestos de representación política; si no son conscientes de que sólo con unas estructuras administrativas, con unos mínimos recursos económicos y con unos funcionarios públicos competentes, podrán atenderse sus peticiones, podrán prestarse servicios de cierta calidad… No se trata de multiplicar los Municipios y, en consecuencia, las concejalías, sino de contar con una organización administrativa y con un cuerpo de funcionarios que pueda atender con unos mínimos recursos las cada vez mayores exigencia en la calidad de tantos servicios públicos. Para una Administración, no para un pueblo, sí hay que contar con un mínimo tamaño si se quiere actuar con eficacia.

En fin, una cuestión antigua que se reiterará porque las Administraciones autonómicas no afrontan, como debieran, la reforma del mapa territorial.

4 Comentarios

  1. De acuerdo con tus apreciaciones. La reestructuración municipal es un tema tabú que ninguna Administración Autonómica se atreve a afrontar, supongo que es políticamente un debate estéril y con más desgaste electoral que beneficio. Ya se sabe que nuestros representantes suelen medir las decisiones en función de la ecuación coste-beneficio de una manera legítima pero seguramente inmoral.

    En cualquier caso lo que se fomenta desde la transición es la diferencia con el otro. No hay que echar un vistazo al desarrollo autonómico desde 1978. Puede que sí que hubiese de hecho diferencias entre territorios (autonomías, pero trasladable a municipios) pero más claro está que las diferencias se han fomentado ad nauseam resaltando diferencias donde no las había para afirmar la individualidad (esa afirmación de individualidad en realidad es un rasgo psicológico que permite acrecentar la autoestima) y reclamar un trato especial. Ese pueblo que comentas probablemente tiene cierta conciencia de ser diferente al del núcleo. Lo que no se comprende es que para que se siga afirmando (o disfrutando de) esa diferencia, no es necesario montar una estructura municipal en toda regla cuando es evidente que no la van a poder mantener. Dice el dicho castellano: más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Supongo que si el municipio con los dos núcleos ya era paupérrimo, segregados van a ser, efectivamente, más pobres que ese ratón.

    Otra cosa: qué vergüenza para variar la demora que tienen los tribunales

  2. @ Ignacio Pérez
    Estoy totalmente de acuerdo contigo, Ignacio. Casi ninguna Administración autonómica se atreve con estos problemas graves de la organización territorial y la despoblación. Sobran estructuras administrativas. Las que existan deben contar con funcionarios competentes y suficientes recursos. No creo que el problema radique en un «sentimiento» de pertenencia a un pueblo. Todos lo podemos tener. Además cada pueblo puede contar con su fiesta y con su virgen, distintas de las de los pueblos cercanos. Por confundir sentimientos y organizaciones hemos creado muchos problemas. Por subrayar las diferencias, como bien recuerdas, hemos multiplicado los conflictos. Volveremos sin duda sobre este asunto.
    En fin, también a mí me sorprendió que el Tribunal Superior de Valladolid tardara ¡siete años! en resolver una cuestión tan sencilla.
    Salud, mf.

  3. Lo siento, Mercedes, por que sé que piensas a conciencia lo que dices.Pero observo que, como muchos administrativistas españoles. «urbanitas» desconocen lo que ha sido un Municipio rural durante doscientos años. El municipio de verdad ( no el de textos legales) , en la España de los últimos cien años ha sido en gran parte ese municipio no capìtal fde proveincia que, segun el sistema de poblamiento contaba con mayor o menor población
    Pero incluso esos pequeños Municipios a los que te refieres son los que han constituido el único sistema de asentamiento y poblemiento de España durante doscientos años.Puedo ponerte ejemplos miles, Municipios que hace setenta años contaban con mil vecinos y un patrimonio comunal enviadiable, hoy cuentan con ese patrimonio ( abandonado) y una población estable de apenas un ciento de vecinos.¿Ya no son Municipios? ¿Es que un Municipio tiene que ser una multinacional de servicios? ¿Es que no se puese ver que lo que piden esos vecinos es sentirte parte de una estructura, de un poder y no meros colonos abandonados en una tierra que es casi tierra salvaje…? ¿Tan dificil es aceptar que la gente prefiere estar cerca de una estructura de poder organizada, próxima y reconocida por otras superiores…? ¿Y de la capilaridad, de la presencia sobre el territorio de la autoridad administrativoa legítima que prestan estas pequeñas unifdades rurales municipales…?.
    Ah! Y un Saludo!

  4. Querido Marcos, ¡claro que sé lo que es un municipio rural! ¡como que vivo en una entidad local menor que tiene más población que el núcleo de capitalidad! Así que calcula qué pocos vecinos somos.

    Me preocupa mucho el asentamiento de la población. Creo que el despoblamiento es uno de los problemas más importantes en Castilla y León. Pero para vincular a los vecinos hace falta que los servicios funcionen. Hay que cambiar muchas cosas y habrá oportunidad de leer mi opinión en otros comentarios más extensos. Pero adelanto ya que prefiero Municipios con cierta entidad, con funcionarios eficaces y recursos económicos suficientes y que los pueblos mantengan una mínima organización para las tradicionales tareas de administración de sus montes y otras que interesen a los habitantes. Seguiremos más despacio. Hasta entonces, un saludo, mf.

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