CrecerRecientemente leía una noticia en el periódico local, que hacía referencia a las declaraciones del Alcalde de una gran ciudad española en las que manifestaba que tenía como objetivo convertirse en la tercera ciudad del país, hecho que debería producirse en la mitad del siguiente decenio. Supongo que se referiría a ser la tercera en cuanto a número de habitantes, a número de edificios y a extensión superficial. NO especificaba.

A bote pronto, un ciudadano de esa ciudad parece que debería sentirse orgulloso de lograrlo: su ciudad ostentaría la medalla de bronce del ranking estatal al menos en tamaño; como dice el refrán, ande o no ande, caballo grande.

Luego, pensando un poco, uno se empieza a plantear qué necesidad se tiene de competir con otras ciudades a ver cuál es más grande, qué necesidad se tiene de crecer más… Me recordó todo eso aquellas bravatas infantiles del patio del recreo cuando el tierno infante discutía airadamente con otro niño acerca de quién podía más. Y bien, ¿y qué? Nuestro comentado Alcalde decía que era un objetivo "muy definido" y se manifestó convencido de que "está a nuestro alcance".  Repito, ¿y qué, y para qué?  Si ese crecimiento es para vivir mejor, con mayor calidad de vida, bienvenido sea, pero me temo que esto no es necesariamente así. Yo desde luego no estoy de acuerdo con crecer sin más, porque los crecimientos sin más, tienden a convertirse en crecimientos tumorales y pueden convertirse en incontrolables. Esencialmente no me parece que las grandes metrópolis sean ciudades donde se viva mejor en términos de calidad de vida, todo lo contrario. Convertir a una ciudad grande en muy grande plantea problemas de convivencia, de seguridad ciudadana,  de transportes, de prestación de servicios y de sostenibilidad. Personalmente he decir que detesto las grandes ciudades. Así que de acuerdo en convertirse en la primera pero si es en calidad de vida; en desacuerdo en convertirse en la tercera en población y/o tamaño; no tiene sentido. La noticia añadía que ese objetivo de convertir a es ciudad en la tercera ciudad de España "sólo podrá conseguirse con una intensa implicación de la iniciativa privada, de las empresas". De inmediato me vuelvo a preguntar: ¿qué necesidad tienen las empresas en implicarse en la estrafalaria idea de que su ciudad de origen sea “más”?

Todo esto viene a que sería necesario en todo municipio que sus dirigentes recapacitasen acerca de determinados aspectos de la  política municipal relativa al crecimiento, plasmados sobre todo en los aspectos  urbanísticos. Deberíamos ser capaces de desarrollar un sistema planificado. Se puede entender que un pequeño municipio tenga necesidad casi imperiosa de crecer, entre otras cosas para poder prestar  determinados y mejores servicios a sus ciudadanos, servicios que no se podrían prestar por no ser mínimamente viables en su sentido de autosuficiencia económica. Pero cuando un municipio cuenta con un muy aceptable nivel de servicios, quizás no tenga demasiado sentido que siga y siga creciendo sin más. Lograr prestar el máximo de servicios y que estos sean de calidad, debería ser quizás suficiente. Sin embargo se pretenden crear nuevas zonas industriales, y (sic) “La diversificación productiva y el crecimiento económico, sostenido y sostenible; un salto cualitativo y cuantitativo en infraestructuras y en los equipamientos públicos y privados, y un nuevo posicionamiento nacional e internacional de la ciudad”. Pues qué bien.

Son muchos los ayuntamientos cuyos alcaldes y equipos de gobierno parecen obsesionados por crecer en abstracto y me planteo si esto es algo “instintivo” o connatural e incluso necesario o bien debería ser algo que fuera objeto de reflexión serena y decisión racional y como tal, premeditada. No presupongo que no haya que crecer, sólo planteo la idea de si no es necesario analizar en profundidad sus ventajas e inconvenientes para después decidir. Y por otra parte me planteo qué papel desempeñan los departamentos de ordenación territorial de las Comunidades Autónomas que, a la postre, deberían ordenar verdaderamente el crecimiento poblacional y económico con un sentido global de reequilibrio y no con criterios casi siempre políticos o puntuales. En definitiva, planificar el conjunto, por encima de los intereses locales de cada municipio, tratando de que todos los ciudadanos de la Comunidad Autónoma tengan el mismo nivel de prestación de servicios, idea rayana en la utopía e impensable hoy por hoy.

Los Alcaldes de las grandes ciudades en España, da la impresión de que son un verdadero contrapoder con respecto a las propias Comunidades Autónomas y éstas, en ocasiones, parece que están al son de la música que interpretan aquéllos. En mi opinión las Comunidades Autónomas deberían “hacer” más ordenación territorial y deberían dejar de tomar decisiones para contentar a unos y otros a golpe de coyuntura política puntual. 

“El cambio de actitud espiritual debe comenzar, no en una organización de la masa de edificios, sino en una organización funcional de las relaciones humanas en el espacio urbano…” Alexander Mitscherlicht, “La inhospitalidad de nuestras ciudades

4 Comentarios

  1. Otro espabilao, aunque para ser justo habría que conocer el ranking actual de esa ciudad, no fuese a ser que sea la segunda en este momento y lo que desee su Ilustrísima o su Excelentísima es verla decrecer.

    Pero como creo más bien que no sea así, le sugiero que se junte con esos buenos chicos (y demócratas) del Gobierno de Aragón y se vayan de la manica a los Monegros a montar Macro Mierdas Gigantescas.

  2. Zaragoza siempre ha sido ejemplo a seguir de desarrollo sostenible. La expo del agua un ejemplo mas, de como desarrollar una expo sin que la expo se coma a la ciudad y su entorno, como venia siendo la nota a seguir en exposiciones anteriores.

    Muchos tendrian que copiar, y despues de años de desenfreno urbanistico, ahora se dan cuenta de que la vaca ya no da mas leche y que agua no hay precisamente para todas esas macrourbanizaciones del litoral mediterraneo, la mayoria a pie de playa.

    Por un mundo mejor y amable con tu entorno.

  3. A ver si Belloch lo consigue. Hace ya un tiempo escuché una entrevista al gerente de metro de Barcelona (creo), que entendía lo siguiente: una gran ciudad no hace al metro, sino el metro hace a una gran ciudad. Llega a un punto una ciudad que no puede crecer más porque no es sostenible (atascos, largas distancias, etc…) y que entonces, apostar por el metro supone que los tiempos y las distancias se acortan.

    De ser así, para empezar a crecer, Zaragoza necesitaría que Belloch pusiese en marcha varias líneas de metro, que sirviesen de guía para el futuro.

    Sin duda, Zaragoza cuenta con bastante suelo aun sin usar, y las poblaciones circundantes son pequeñas. Valencia y Sevilla, a quién pretende adelantar, se encuentran más encorsetada, sin duda.

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