Hace años visité las fiestas patronales de una localidad con una nieta de Ferdinad de Saussure. Cuando terminó el estruendoso castillo de fuegos artificiales me preguntó quién pagaba todo eso. Me resultó una observación muy suiza ya que daba por hecho que las fiestas eran una competencia municipal históricamente financiadas por el ayuntamiento, es más, que era una competencia propia y exclusiva (tal vez la única competencia propia identificable en muchas entidades locales, su razón de ser).De todos modos me fui directo a la LBRL y no encontré el término «fiestas» o «festejos» en su articulado;  el artículo 25.2 n) tan solo se refiere, entre las materias que se atribuyen al municipio, a la «ocupación del tiempo libre». Entonces ¿por qué se da por hecho que la organización de las fiestas son una competencia exclusivamente municipal?, ¿por qué en todos los ayuntamientos hay un concejal de festejos, incluso en régimen de dedicación exclusiva todo el año? ¿Por qué se está extendiendo la especialización de concejal delegado de «fiestas mayores» (incluso también en régimen de dedicación exclusiva)? Y, ¿por qué este cargo es tan disputado (y también cuestionado), casi tanto o más que el de urbanismo?

Claro que estoy a favor de las fiestas, en ellas  destaca ese «desbordamiento de los límites de lo privado, el carácter compartido y abierto a todos los estamentos de la sociedad, una retórica de la desmesura, una tendencia a la espectacularidad y un carácter efímero que se tiende a conjurar» (El siglo del arte nuevo 1598-1691, Pedro Ruiz Pérez). Hay que reconocer que en ellas el papel del municipio es esencial, la determinación y ordenación de los espacios públicos (recinto, plaza) y tiempos (programa), y que siempre ha habido alguien del ayuntamiento detrás, ya sea para anunciarlas o para entregar premios, aunque sin la relevancia que tiene en la actualidad (el niño, la novia, el muerto).

Lo que hoy quiero cuestionar es precisamente el papel institucionalizado adquirido, la cosificación de las fiestas, su desnaturalización, su definitiva configuración como  servicio en régimen de monopolio, el carácter preferente y prioritario de los gastos, la profesionalización de los cargos públicos que las organizan, todo lo que supone en realidad una conversión (o destrucción) de lo lúdico para convertirse en algo, más o menos lucido, que tiene que tener cualquier ciudad para rivalizar con la de al lado.

La actual situación monopolística de la polis, que ha supuesto la desaparición de los empresarios que se dedicaban a ésta actividad,  se la debemos a mi juicio en gran parte,  a la transición y en ella, al papel que asumió como alcalde Tierno Galván. En aquella época los festejos eran espontáneos, las fiestas (de la primavera, del barrio o vecinales, o incluso de los partidos recién legalizados) participativas, poseían «la naturaleza ambigua del veneno y de la cura». Recuerdo a Susana y un amigo subidos desnudos en la estatua de Daoiz y Valverde  en Malasaña, para mí ese fue el momento culmen de aquello que empezó a conocerse después como movida madrileña. Se trataba, por la vía de lo extraordinario,  de restituir un orden que se había visto alterado por la guerra civil y el régimen posterior.  El alcalde de Madrid  se subió al carro: a partir de  entonces conciertos gratis, se apropió hasta del lenguaje y, al apoyarse en ella, derribó el germen de un renacer cultural.

Estoy en contra de las fiestas  organizadas, dirigidas y financiadas por el poder, y que se considere, lo de tirar cohetes, algo consustancial a los ayuntamientos. A ver qué pasa.

6 Comentarios

  1. Que cada cual se pague su fiesta. El dinero público no es para fiestas. Cuando en una fiesta mete mano el Poder, es para adoctrinar, embrutecer, idiotizar, deslumbrar y someter al rebaño, a tiempos, programas y cosas que alejan y distraen a los individuos de su propia vida y que los desvían de sus auténticas necesidades, las cuales seguramente no serán la Virgen del Pilar, por ejemplo, ni los fuegos que aparte de fatuos y de contaminar, no se deban a la intensidad de un orgasmo con la virgen que uno quiera.

  2. Yo propuse que ya que el Ayuntamioento da a la empresa que pone la plaza de toros 18000 euros y ademas quien va los toros se pagaba su entrada,que se eliminase esa subvencion .Respuesta:quieres acabar con los toros.Pero es que ademas se gastan 6000 euros en camisetas para las peñas,que no se les ve en el baile,pero si en las bodegas.Mas los fuegos,mas,mas mas…..y ahora pisden una reforma de financiacion de los munikcipios.Esto es de traca,pues ademas de esto la consumicion en la fiesta de los concejales del equipo de gobierno y lo que consumen los curas el dia de la misa ,lo pagamos todos.
    Mi propuesta fue que se organizaSEN LAS FIESTAS A TRAVES DE UNA COMISION DCE FIESTAS,pero claro aqui se contyrolarfia mas el tema economico y nanai,na de na.
    Yo creo que sedebia dcecir claramente a la gente si quieren fiestas,a este nivel de gastos o si prefieren que sus ancianos esten cuidados.
    Como bien dices ,Francisco Gonzalez,cuando aDEMAS ESTAMOS EN UNA SOCIEDAD LAICA y aconfesional,el acto c entral es la misa mayor,pues el que quiera que se la pague

  3. Yo propuse que ya que el Ayuntamioento da a la empresa que pone la plaza de toros 18000 euros y ademas quien va los toros se pagaba su entrada,que se eliminase esa subvencion .Respuesta:quieres acabar con los toros.Pero es que ademas se gastan 6000 euros en camisetas para las peñas,que no se les ve en el baile,pero si en las bodegas.Mas los fuegos,mas,mas mas…..y ahora pisden una reforma de financiacion de los munikcipios.Esto es de traca,pues ademas de esto la consumicion en la fiesta de los concejales del equipo de gobierno y lo que consumen los curas el dia de la misa ,lo pagamos todos.
    Mi propuesta fue que se organizaSEN LAS FIESTAS A TRAVES DE UNA COMISION DCE FIESTAS,pero claro aqui se contyrolarfia mas el tema economico y nanai,na de na.
    Yo creo que sedebia dcecir claramente a la gente si quieren fiestas,a este nivel de gastos o si prefieren que sus ancianos esten cuidados.
    Como bien dices ,Francisco Gonzalez,cuando aDEMAS ESTAMOS EN UNA SOCIEDAD LAICA y aconfesional,el acto c entral es la misa mayor,pues el que quiera que se la pague

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