Oportuno y sólido el libro que bajo la dirección de Luis Cosculluela Montaner (y Medina Alcoz) acaba de aparecer en la editorial Civitas (Thomson Reuters) “Crisis económica y reforma del régimen local”. Oportuno porque aborda los asuntos calientes de la crisis económica y financiera que vivimos y su incidencia en la Administración local. Y sólido porque todo aquello que es objeto de debate entre los partidos políticos y en los medios de comunicación es tratado en este libro con el rigor que a sus páginas presta la calidad de sus autores. Nada puede extrañar pues Cosculluela es jurista de prestigio y un gran conocedor del mundo local.
Son muchas las cuestiones tratadas en sus quinientas páginas por lo que volveré sobre él en ocasiones futuras. Quiero referirme ahora a la polémica sobre las diputaciones provinciales y su posible supresión como medio de ahorro de gasto público. Cosculluela se pronuncia de una forma equilibrada: “el problema de la desaparición de la provincia como entidad local y de las diputaciones provinciales no puede realizarse aisladamente; presenta muchas conexiones con otros problemas de nuestro régimen local que no pueden ser obviados y sobre todo es una realidad que sobre las diputaciones provinciales el sentimiento ciudadano es muy distinto según la Comunidad autónoma que consideremos, lo que hace imprudente plantearlo como un tema general a través de una solución uniforme para toda España”. La misma tesis sostienen Eloísa Carbonell Porras y, con otro enfoque, Manuel Zafra.
Palabras las de Cosculluela que yo desde luego comparto como ya he razonado en algunas otras “entradas” de este blog. Por eso algunos defendemos que, si se superan los obstáculos constitucionales (la reforma de la Constitución es cada vez más urgente), sería necesario que el diseño provincial se alojara entre las competencias de las Comunidades autónomas. Añado a renglón seguido que no soy partidario de lo que se llama la “interiorización” comunitaria del régimen local, que es por cierto el modelo alemán. En absoluto, creo que el carácter “bifronte” de nuestra Administración local, en la expresión utilizada por nuestro Tribunal Constitucional, debe ser mantenido en sus líneas básicas. Pero la “planta” provincial debe ser atribución autonómica. Entre otras razones porque ya es así en parte al existir en la realidad un variado mosaico de soluciones y porque, de lo contrario, se ahondaría el desequilibrio con la situación del País Vasco donde los Territorios históricos se encuentran en la órbita específica de la Comunidad. ¿Qué razón de peso hay para que esa salida sea la propia del resto de las Comunidades autónomas?
Interesante también el razonamiento de Manuel Rebollo Puig sobre el mapa municipal. Sostiene que es seguro que deben suprimirse muchos municipios carecentes de sustrato social que los justifique pero considera que, si se llevara a cabo una poda masiva municipal, sería “errar el tiro”. Hay que analizar caso por caso, a la vista de realidades geográficas, económicas, sociales que son muy diversas en el territorio español. De nuevo la necesidad de utilizar el ámbito regional para proceder a estas tareas quirúrgicas sobre el espacio.
El libro se enriquece además con un estudio actualizado de países como Italia (Borgonovo), Portugal (Almeida), Alemania (Ortega Bernardo), Inglaterra (Hernando Rydings) e Irlanda (Moreno Fuentes). Se echa de menos el análisis del caso de Grecia, sometido ahora a convulsas reformas, aunque entiendo la barrera idiomática que de ese país nos separa.
Es lástima que el trabajo de Ignacio Calatayud Prats sobre las sociedades locales no esté a la altura de los demás. No solo desconoce un libro como el mío sobre la gestión de los servicios públicos locales del que se han hecho siete ediciones y se han vendido miles de ejemplares, sino también los trabajos que solo (ya desde el Homenaje a Sebastián Martín Retortillo) o en colaboración con Mercedes Fuertes hemos publicado sobre los contratos “in house”, uno de los cuales mereció el premio de la editorial “La Ley” al mejor artículo jurídico del año 2007.
Volveré sobre los problemas que la estabilidad presupuestaria plantea y que en la obra están tratados por Embid, Martí del Moral y García-Andrade, así como sobre el tratamiento de la hacienda local (López Díaz). Un libro que pesa menos de lo que enseña.