Interinos (I)

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Tal y como indicaba en el anterior post “FHN y Territorios”, me referiré ahora a la cuestión de los interinos.

He asistido y asisto con verdadera tristeza estos días a la polémica, por no decir “guerra fría” que se ha desatado entre los funcionarios con habilitación de carácter nacional de carrera y los funcionarios de habilitación de carácter nacional que prestan sus servicios de forma interina.

La polémica se suscita, por una parte, porque los primeros rechazan toda posibilidad de que a la habilitación nacional no se acceda única y exclusivamente por oposición, sin posibilidad de procesos extraordinarios.  Los segundos, interinos, pretenden que las plazas que ocupan y que llevan años vacantes, estén incluidas en el proceso de estabilización general que se está desarrollando a en todas las administraciones públicas de todo el territorio nacional y, por supuesto, poder acceder a alguna de ellos. Es curioso que algunos interinos se preguntan en los foros cómo es posible que ellos siendo funcionarios interinos tengan que tramitar los procesos de estabilización de todo el personal municipal y, sin embargo, ellos mismos, queden fuera de ese mismo proceso.

Obviamente detrás de toda la polémica hay razones ocultas que no se dicen, posiciones maximalistas, radicales y también posiciones que sólo pretenden aprovechar una coyuntura. Los funcionarios de carrera reivindican el acceso por oposición, porque ellos han accedido por ese sistema, han (hemos) hecho un gran esfuerzo y tras mucho o poco tiempo de preparación han podido acceder a la habilitación superando pruebas objetivas; y han podido estar en el cuerpo de forma regular. Indican también que han tenido que perder un año, año y medio o dos años de su vida (o los que sean), estudiando duramente, siendo sus familias quienes han pagado esos estudios. Sin tener en cuenta quizás que hay personas que por sus circunstancias sociales puede que no hayan sido tan favorecidas. Personas que por sus circunstancias personales han tenido que ponerse a trabajar desde edades tempranas y seguir estudiando, sin ningún apoyo, para obtener los garbanzos de cada día. Por ello, los de carrera, se oponen a que cualquier persona encarnada en este caso en funcionario interino, pueda acceder a la condición de funcionario de carrera sin haber pasado esa misma oposición que tuvieron que pasar ellos. Para ello se aducen razones de equidad, obviamente, un elemental principio de igualdad que implica que todos deben hacer los mismos esfuerzos para acceder a una plaza fija como funcionario. Pero además y como razón más de peso, aducen que no es de recibo que los interinos alcancen una estabilidad sin pasar por ese proceso, dado que con ello se menoscabaría la calidad de los servicios públicos prestados en municipios españoles.

Consideran a los interinos como funcionarios paracaidistas, espontáneos, y mindundis que, de repente y sin saber cómo, pasan a prestar servicios en Villaboniato del Rebollar, Santinuño de la Encrucijada, y Frescanto de los Barbos, Agrupación formada por tres ayuntamientos y que en total no alcanzarían probablemente los 400 habitantes. Por supuesto sin ninguna ayuda de auxiliar administrativo y, con suerte, con un alguacil notificador. Y con un complemento de destino probablemente del 22 o 23 y un específico de risa. Es decir, con un sueldo miserable y calladito que estás más guapo. Y tampoco, aunque pudiesen, intentan mejorar sus condiciones salariales y laborales, no vaya a ser que, si se está un poco “bien”, se le ocurra a un funcionario de carrera pedirle la plaza. Véanse las digresiones filosóficas del filósofo alemán Byung-Chul Han en su librito “La sociedad del cansancio” [Ed. Herder], en la que pone el acento en que “ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”, lo que llama la “sociedad del rendimiento”.

Aducen los interinos con toda razón, que no hay funcionario de habilitación de carácter nacional de carrera que vaya a esa agrupación perdida de la mano de Dios (es decir, donde Cristo perdió el gorro, tirando palante, a la derecha) y quiera quedarse en ella; que pasan diez, quince, veinte años y nadie ha querido ir a esa Agrupación o quedarse más de dos meses. Y si cae algún “despistado” o moderno con ansias rurales, se limita a tomar posesión y “gestionarse” otro sitio para desaparecer raudo y veloz, buscando una autovía y una corporación cómoda, más cercana a la capital y con ayudas. Todo es normal, todos lo haríamos. Todos nos tenemos que buscar los garbanzos, o por no repetir, las legumbres de cada día -dánoslas hoy-.

Pero seamos claros y argumentemos con razones fundadas en la realidad. Los funcionarios de carrera se niegan a que se acceda por el sistema de concurso puro o concurso-oposición para estabilizar plazas que no se han cubierto en los últimos equis años entre otras cosas porque la ética es un principio a sostener a toda costa. Quizás también, de algún modo, prefieren tener todas las plazas no cubiertas mediante procedimientos ordinarios a su disposición y porque es molesto, bueno, injusto, que “regalen” a otros lo que a ellos les ha costado un serio esfuerzo personal; no debe haber nada gratuito. Circula un informe de un profesor de derecho administrativo andaluz emitido a instancias del Colegio, que concluye que, en el caso de la habilitación estatal, no es posible la estabilización (¿?).

El argumento de que esas personas que atienden esas entidades locales son personas poco preparadas –paracaidistas– es una razón espuria. Aún recuerdo, tras la oposición y al incorporarme a mi primer puesto, lo muy poco práctico que resultaba lo aprendido en el temario, lo despistadísimo que fui, el esfuerzo por aprender, los nervios que se me instalaban en el abdomen y las frecuentes taquicardias ante callejones sin salida. ¿No es cierto que existen personas con interés, tanto de carrera como interinos con ilusión, con ganas, echando horas, haciendo un esfuerzo y tratando de aprender enseguida en esos pequeños ayuntamientos a los que ningún FHN de carrera quiere ir?

Y esos secretarios, interventores y tesoreros de carrera, con los que reitero que comparto que es preciso que se acceda a la función pública por medios que acrediten mérito, capacidad, igualdad y publicidad, no comprenden(demos) que existe un verdadero problema en esta llamada España Vaciada. Que existen miles de entidades locales, en muchos casos minúsculas, que quieren disponer de servicios, ser municipio, y en las que se deben respetar los principios de legalidad y transparencia, en los que hay que dar fe de las decisiones de sus órganos democráticos de gobierno, que necesitan contratar cosas, que necesitan ser asesoradas y que necesitan que alguien controle gastos e ingresos públicos. Es un hecho el inmenso número de vacantes existentes, algo más de 3.000. La última convocatoria ministerial comprendió 204 plazas de secretarios-interventores. No se cubren ni las jubilaciones. Incomprensible actitud ministerial (¿la Ministra se entera de algo?) cuando el único gasto que supone a la Administración del Estado es el de la formalización de la selección; luego son las entidades locales quienes pagan.

Ante esto sólo hay cuatro soluciones. A cada una de ellas se le pueden poner objeciones:

  1. Que el Estado convoque todas las plazas por procedimiento habitual o normal.

1ª Objeción: se bajaría el nivel, desprestigio.

2ª Objeción: vaya follón, que perezón para el Ministerio.

  • Que los FHN de carrera sirvan, mediante los mecanismos legales existentes, todas y cada una de las plazas: existe el instituto de la acumulación, de la agrupación o de la exención…

1ª Objeción: imposible la carga de trabajo.

2ª Objeción: no compensa hoy por hoy.

  • Que eventualmente y de forma extraordinaria, como se trata de hacer ahora, se lleve a efecto un proceso extraordinario de estabilización con criterios objetivos u objetivables (en todo caso parcial).

1ª Objeción: es irregular, es ilegal para los interinos FHN (no aparentemente para el resto de la función pública)

2ª Objeción: todos debemos pasar por una oposición en condiciones.

  • Supresión de entidades locales.

Objeción: nadie lo propone, ni FHN ni mucho menos políticos.

Es decir, no hay solución.

Desconociendo cómo finalmente se va a desarrollar en la práctica todo el proceso, parece ser que se va a estabilizar a una parte de los interinos, pero sólo en el número de vacantes que no se han cubierto nunca o durante equis años. Parece ser que la estabilización alcanzará al número de vacantes que las CCAA han remitido al Estado y que se encuentran en las condiciones indicadas. Dice el Real Decreto 408/2022, de 24 de mayo, por el que se aprueba la oferta de empleo público para la estabilización de empleo temporal en la Administración General del Estado correspondiente a la Ley 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público en su Exposición de Motivos que

“La oferta que se aprueba se ha elaborado previa comprobación con los distintos departamentos ministeriales, así como con las comunidades autónomas para la Escala de funcionarios de Administración Local con habilitación de carácter nacional, del volumen de empleo temporal susceptible de estabilización. En ella se cuantifica el número de plazas a convocar en función del colectivo de personal afectado…”

Bien, si examinamos -aunque no exhaustivamente- los números que se hacen constar en el documento del Ministerio sobre «Estabilización en el ámbito de la escala de funcionarios de administración local con habilitación de carácter nacional al amparo de la Ley 20/2021, de 28 de diciembre de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público» [Revisado a 2 de junio de 2022], nos llevamos algunas sorpresas. Declaran las CCAA y se supone que “comprueba” el Ministerio:

Castila y León 203;

Castilla La Mancha 144;

Aragón, 179;

Cataluña, 125;

Extremadura, 27;

C. Valenciana, 6;

Cantabria, 3;

Asturias, 2;

Andalucía, 25;

C.A. Canarias, 7.

No aparecen ni Navarra ni País Vasco. Navarra por las (injustas desde mi punto de vista) razones forales de siempre, y el País Vasco -se indica en la Ley- por su Estatuto de Autonomía parece ser. Desconozco las razones por las que no aparece Galicia ni Madrid, quizás no existe ninguna plaza en las condiciones que indica la normativa (¿…?), Si esto fuera un whatsapp podría un emoticono amarillo con cara de sorpresa o llevándome una mano a la cabeza.

Pero en conclusión y sin mayores comentarios, ante números tan absolutamente dispares, permítaseme que dude de las cifras que se hacen constar en ese documento ministerial revisado a 2 de junio. ¿Qué razones existen para que no haya ni un solo caso en Madrid o Galicia y sólo haya 6 en la Comunidad Valenciana? ¿De verdad que las CCAA han usado los mismos criterios? ¿Se ha comprobado o debemos hacer un acto de fe bajo la supuesta pero dudosa lealtad institucional?

Lo que se estabilizan son funcionarios, pero el número a estabilizar, depende de las plazas en determinada situación. Esas plazas se suman y el proceso de estabilización comprende a los funcionarios que más méritos, por formación y experiencia posean. Sí, sorprendentes los datos que han enviado algunas CCAA.

No comprenden(demos) los FHN de carrera que tan funcionarios son ellos (somos nosotros) como los interinos. Si hacemos un paralelismo con los médicos de un hospital, ¿qué diferencia en la función hay en un médico especialista que ya tiene su plaza con otro médico especialista que está contratado temporalmente para cubrir necesidades del servicio? Tal y como son las cosas, en nuestra profesión, los que tienen plaza prácticamente no se hablarían con los interinos.

2 Comentarios

  1. Este tipo de cuestiones siempre crean mala «baba» por todas partes. Unos se rasgan las vestiduras. De éstos hay algunos que me gustsaría ver los «padrinos» políticos o del alto mundillo estatal o autonómico relacionado con la Administración Local que han tenido para superar esas oposiciones que tanto nos costaron a los que íbamos por libre. A otros les ha venido Dios a ver por la cara, aunque haya casos individuales que sí lo merezcan.
    En fin la historia viene a repetirse. ¿Se acuerda alguien de los oficiales técnico-administrativos de alrededor de 1978? Pues eso.

  2. Si todos esos interinos hubieran sido seleccionados con procedimientos selectivos limpios y con TODOS sus complementos económicos reales publicados yo, como FHN, opino que no me gusta la estabilización pero podría aceptarla, aunque sea de mala gana (puedo estar equivocado, pero a jueces o fiscales interinos no los estabilizan ¿no?).
    Pero resulta que que en 33 años de servicios como FHN me he negado a participar en no sé cuántos tribunales donde las bases para seleccionar ese interino «casualmente» establecían méritos donde todos los puntos los tenían, oh, sorpresa, o un ex cargo público (cuántos interinos son ex alcaldes o ex cargos a dedo?), personal de confianza o afiliado al partido de turno, es decir, con bases a medida, pues no, lo siento pero no lo veo. Pagan justos por pecadores, es cierto, pero en muchos casos resulta demasiado indignante: Te regalo el chollo y luego te estabilizo (repito, es injusto generalizar, pero búsquese un FHN veterano que no conozca un buen puñado de casos de interinos por la vía «rápida»).
    Otra cuestión es lo de las retribuciones: todo veterano en esto sabe muy bien que muuuchas veces se publican complementos de destino o específicos ridículos para ahuyentar algún FHN interesado en la plaza (no todas son agrupaciones de 400 habitantes, seamos realistas), pero luego están las gratificaciones o productividades que digamos que hacen más «generoso» el sueldo real aunque, eso sí, para el interino; si llega un FHN esas gratificaciones o productividades desaparecen por arte de magia.

    Personalmente opino que los FHN deberíamos desaparecer. Total, para ser en lo que nos han convertido….

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