Nos visita el viceprimerministro chino, Li Keqiang, y todos percibimos ese indefinible temblor que nos invade cuando nos encontramos delante del poder verdadero. Esa brújula íntima no falla; la especie humana, hipersocial por naturaleza, ha desarrollado la arcana intuición de orientarse ante los liderazgos naturales. Y hoy recibiremos a un poder incuestionable,el chino. Mandan mucho, y más que mandarán en el futuro.
Simultáneamente a la noticia de la visita, se publica el escalofriante dato de la deuda externa de España, que asciende a casi el doble de nuestro PIB y que no logra reducirse, a pesar de todas las medidas de ajuste. Nuestra ralentización económica y nuestro escaso brío productivo nos restan energías para devolver lo que debemos. Somos uno de los tres países del mundo más endeudados en términos relativos y de los seis en términos absolutos, y, por eso, es normal que nuestros acreedores estén nerviosos y atentos a nuestros movimientos. Necesitamos imperiosamente que nos sigan prestando dinero, somos unos impenitentes préstamodependientes que suspiramos por quien nos puede proporcionar costo para aliviarnos del mono que sufrimos. Y, en esta sequía financiera, sólo nos queda China, la China del cuerpo capitalista y la cabeza comunista, que se pasea triunfal por toda Europa en plan berlanguiano de Mr Marschal.
Y bien que tenemos que ponerle alfombra roja. China tiene un importe neto invertido en deuda pública española de unos 43.146 millones de euros, frente a los 5.136 que poseía hace dos años. Un volumen que representa ya el 19% del saldo de deuda española en manos de inversores extranjeros. O sea, una barbaridad. Tenemos que hacer lo que sea para que sigan bombeando sangre a nuestras venas. La delegación encabezada por Li, que también viajará a Alemania y Reino Unido, incluye al viceministro de Comercio Gao Hucheng, la viceministra de Asuntos Exteriores Fu Ying, el viceministro de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo Xu Xianping y el vicegobernador del Banco Popular de China (central), Yi Gang. Unos mandamases a los que debemos caer en gracia para que sigan confiando en nosotros. El viceprimer ministro ya ha mostrado su deseo de que las relaciones entre España y China continúen su buen momento y afirmó que el país asiático seguirá comprando deuda española. Menos mal, tendremos gasolina para algunos kilómetros más.
El Rey, Zapatero, la vicepresidenta Salgado, la ministra de exteriores y el de industria mostrarán su mejor sonrisa a los nuevos señoritos del planeta. Pero – podría usted preguntar -, ¿no decían que eran los mercados? Pues no, paradojas de la vida. Los que mandan y sostienen al capitalismo mundial son los comunistas chinos. ¿Qué no logra comprenderlo? Pues yo tampoco, amigo, pero esto es lo hermoso de la vida, que no hay Dios que la entienda.
pues es fácil de entender; el sistema chino, es una mezcla de planificación y mercado; propiedad privada y propiedad pública; pero todo ello sobre la base de dar prioridad a la planificación y a la propiedad pública; por eso no sucumbe a las contradicciones propias del capitalismo a secas, donde prima el mercado sin reglas y el egoismo y cortoplacismo de la egoista propiedad privada….
De manera, que España podría tener una oportunidad de ser algo en el mundo si adoptara un sistema de economia mixta social……; si no lo hace así; si no desarrolla sus propios sectores productivos…si sigue atada a la division europea de la producción impuesta por alemanes y franceses…esto no va a ser más que un desierto….que trabajen en España solo 18 millones de personas y adémás algunos millones de esos a tiempo parcial…frente a los más de 40 millones de alemanes…o a los varios cientos de millones de chinos…..Srs la verdadera riqueza es el trabajo y los recursos naturales y tecnologicos…Si el capital los pone en huelga, habrá que buscar un sistema alternativo; no es una cuestión ideologica, es una cuestión nacional…Si no lo hacemos, ser español… pasados unos 10 años puede ser que no signifique practicamente nada….