¿Nuevo mapa municipal en Castilla-León?

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Cortes de Castilla y LeónPor fin empiezan a moverse las Comunidades autónomas para ejercer las competencias que les atribuyen, de acuerdo con la Constitución, el artículo 13 de la Ley Básica de Régimen local, sus propios Estatutos de Autonomía y las leyes municipales que, en aplicación de los mismos, han ido aprobando a lo largo de los últimos veinte años.Me estoy refiriendo al asunto de las fusiones, supresiones etc de municipios, puesto de moda como consecuencia de los problemas de Deuda pública que padecemos. Ya he señalado en este Blog que ligar aquellas con estos no es el camino adecuado, que es necesario anudar la vida municipal a su condición de organizaciones democráticas y además prestadoras de servicios. Por ello cuando un Ayuntamiento representa a pocos vecinos, ese Ayuntamiento es antes una familia que una organización política. Ítem más: cuando un Ayuntamiento se ve obligado a mancomunarse, asociarse etc a otros para poder atender los servicios básicos, es que algo ha ocurrido en el tejido social que representa y de ese algo han de levantar acta las leyes que disciplinan la andadura de nuestras Administraciones públicas.

La Constitución y la ley básica de régimen local quisieron que las competencias en materia de creación y supresión de municipios así como de alteración de términos municipales (que era la vieja terminología que venía de los Estatutos de la Dictadura de Primo de Rivera y después de las leyes de la otra Dictadura) fueran asumidas por las Comunidades autónomas. Y con razones sobradas porque verdad es que hay pocas materias donde se pueda advertir de manera más clara la necesidad de “cercanía” para afrontar y resolver un problema. Nadie mejor que una Comunidad autónoma conoce la estructura territorial donde se asienta, cuáles son sus necesidades etc.

Pues bien, todas las Comunidades autónomas se precipitaron a aprobar leyes de administración local que han sido varias veces reformadas y en todas ellas se han contenido reglas destinadas a dibujar un régimen jurídico a las operaciones de cirugía territorial de las que hablamos en este artículo.

Pero ¡una cosa es poner en una ley un artículo y otra cosa es llevarlo a la práctica! Decía Talleyrand, con el cinismo que le caracterizó, cuando se aprobó la Constitución francesa de 1793: “nos ha quedado tan bonita que sería pena estropearla aplicándola”. Pues bien, algo parecido, aunque sin una formulación explícita, ha ocurrido con el mapa municipal en toda España: prácticamente no se ha tocado, municipio arriba, municipio abajo.

Algo, en esta coyuntura aciaga, empieza a moverse. Así en Castilla y León, según un proyecto de su Gobierno regional, se pretende englobar los 2.248 municipios en 250 o 300 distritos de interés comunitarios divididos a su vez en áreas funcionales estables y estratégicas. En las primeras se acomodarían una docena de núcleos -grandes municipios y sus entornos o alfoz- y las segundas tendrán como fin resolver problemas económicos y demográficos.

Todo es aún demasiado vago e impreciso y además está trufado por un lenguaje tecnocrático que es lo menos conveniente para la vida municipal: se habla, como hemos visto, de estrategias, de espacios funcionales y, lo que es peor, ya se baraja la expresión de la “gobernanza”, cursilada entre las cursiladas.

Los alcaldes que pueden verse afectados han puesto el grito en el cielo, en ese cielo azul, cielo de joya de esta tierra. Me gustaría recordar a quienes mandan en esa Comunidad autónoma que los franceses fracasaron en los años setenta del pasado siglo con su “loi Marcellin” pero que los alemanes, con mucho pulso, en esos mismos años, redujeron sus municipios de 25.000 a 8000. Lidiando con pleitos, con incomprensiones y otros obstáculos pero lo lograron.

Es preciso que esos gobernantes expliquen muy bien y escuchen mejor. Y, después, toca decidir. Y cuantos menos “palabros” tecnocráticos usen, menos sufrirá el idioma español que es un anciano hermoso que merece -precisamente en esa tierra- todos los cuidados.

2 Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, Paco (bueno, no se si puedo, en público,
    llamar asi al profesor SOSA WAGNER, pero me he acostumbrado al oirlo en boca de mi maestro, E.Rivero).
    La moda de supresion de Municipios que llegará con más fuerza, no se para en consideraciones de «Gobierno del Territorio»: Los pueblos sin organizacion administrativa alguna quedarían ( ya estan quedando) apenas como «colonias» en territorio salvaje de encinas y riscos…¿Pero que importa esto?.Seguimos con politicas tecnocráticas de tiempos de Franco, y no encontramos soluciones para dar soporte institucional a los pequeños enclaves que pueblan Castilla y Leon…

  2. Sólo comentar que tiene usted toda la razón del mundo. No puede admitirse el mantenimiento de administraciones tan pequeñas que no pueden llevar a buen término todas las funciones que deberían. Y no sólo en Castilla y León.

    Puede que sea poco popular, sobretodo en los pueblos que se vean afectados, pero es necesario, quizás explicando que no sólo no se van a disminuir servicios, sino que se verán muy probablemente mejorados.

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