Que no cunda el desánimo

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Que no cunda el desánimoQué razón tenía Victor Almonacid cuando, desde este mismo blog, pedía respeto y mostraba su hartura por las, cada día más frecuentes, exigencias de las administraciones “superiores”, fruto en mi opinión, en la mayoría de las ocasiones, de un desconocimiento atrevido de la legislación de régimen local y de las funciones atribuidas a los habilitados nacionales; y, en otras, de una prepotencia exacerbante, propia de quien tiene la sartén por el mango.En muchas ocasiones, y por desgracia con mayor habitualidad según pasa el tiempo, me pregunto, sobre todo respecto de la administración autonómica, si es que jugamos en diferentes equipos, y si no pertenecemos a dos niveles de la misma administración con la obligación de servir a los ciudadanos, o, si bien, la administración autonómica está diseñada con la única finalidad de tutelar a las Corporaciones Locales, vigilando, agazapados y al acecho, nuestras presuntas equivocaciones para corregirnos, pues no en vano estamos situados en la base de la pirámide.

Decía que, en la mayoría de las ocasiones, las exigencias de las administraciones superiores son fruto de un desconocimiento atrevido de la legislación de régimen local, cuyo conocimiento, parece ser, que solamente se les exige a las Entidades Locales, y por eso las Comunidades Autónomas pretenden la adopción de acuerdos por el Pleno cuando la competencia está residenciada en el Alcalde o en la Junta de Gobierno Local, órgano que parece no existir para ellos; o ponen el grito en el cielo si en la cesión gratuita de unos bienes patrimoniales se les recuerda que los fines para los cuales se hubieran otorgado deberán cumplirse en el plazo máximo de cinco años, debiendo mantenerse su destino durante los treinta años siguientes, aduciendo que no pueden aceptar una condiciones tan exigentes, como si tales condiciones se las hubiera inventado el Ayuntamiento y la administración “superior” estuviera exenta de su cumplimiento.

También decía que las exigencias de las administraciones “superiores”, en la faceta que más nos afecta personalmente como es la de la fe pública, es también, fruto de un grave desconocimiento de nuestras funciones.
Que yo sepa, nuestra función de fe pública, por lo que a certificaciones se refiere, se extiende a los actos o resoluciones de la Presidencia y los acuerdos de los órganos colegiados decisorios, así como de los antecedentes, libros y documentos de la Entidad, pero no a cuantos acontecimientos puedan suceder en el municipio.

¿ Como puede ser que se nos solicite una certificación sobre si un proyecto determinado cumple con una determinada legislación o sobre el nivel de práctica profesional adquirido por los trabajadores participantes en un plan de empleo ?. Por no abundar sobre las famosas certificaciones sobre la antigüedad de una casa y su superficie y distribución interior.

El problema es que la evitación del posible problema derivado de nuestra negativa a emitir tales certificaciones nos conduce a extralimitarnos en nuestras funciones, utilizando en muchas ocasiones el subterfugio de certificar sobre un informe técnico o de la policía elaborados ad hoc, de tal forma que ya estamos certificando sobre un documento de la Entidad.

Yo he tenido que soportar que desde la administración autonómica se me culpabilizase del retraso en la tramitación de un instrumento urbanístico por poner pegas a certificar, como habían hecho otros secretarios, según su versión, que se habían introducido en el documento las correcciones apuntadas por el órgano autonómico, que, para más inri, en muchos casos no eran más que sugerencias; o me ha costado un encontronazo con un Alcalde el negarme a compulsar documentos que no iban destinados al propio Ayuntamiento, porque, según aducía éste, en los municipios limítrofes no había ninguna dificultad para ello, por lo que mi actitud iba en detrimento de los servicios al ciudadano.

La falta de unificación de criterios es la gran dificultad con la que nos encontramos cuando pretendemos cumplir fielmente nuestras funciones, unida a la soledad con la que nos enfrentamos a estas situaciones.

Es ciertamente complicado reivindicar respeto si desde todos los Ayuntamientos no se actúa del mismo modo y si no logramos que desde las administraciones “superiores” dejen de vernos como un paisano de pueblo ignorante y embutido en un traje de pana y con boina, por muy amplio currículo que esgrimamos o por mucho que nos maqueemos cuando acudimos a realizar gestiones o a mantener reuniones con ellos.

Es absolutamente imprescindible que aunemos esfuerzos y que, a pesar, de la hartura y el cansancio, plantemos caras a estas arbitrariedades todos juntos, no sé si planteando seriamente la sindicación o el asociacionismo profesional, pero sí respaldándonos entre nosotros.

Hoy por hoy, a falta de otras instituciones, este es un reto para los colegios de habilitados si, de verdad, quieren convencernos a los escépticos de la razón de su existencia.

No se trata de plantear ante las administraciones “superiores” queja alguna, que, por otra parte, son tan mal digeridas por quienes, haciendo gala de una actitud sadomasoquista, se sienten condenados de por vida y critican cualquier intento de vindicación de los habilitados o de simple denuncia de acontecimientos que nos atañen, sino de exigir a aquéllas comportamientos respetuosos y leales, no solo con los habilitados nacionales, sino con la función pública local en su conjunto.

No debemos olvidar que, desde la perspectiva de los habilitados nacionales, la falta de imagen colectiva nos debilita y nos hace presa fácil de cuantas presiones externas o internas recibimos a diario.

Debemos reflexionar y ser capaces de formular planteamientos comunes, superando esa soledad que nos convierte en llaneros solitarios que hacen la guerra por su cuenta y que nos hacer caer en la prepotencia de creer que somos capaces de enfrentarnos a todo por nuestra cuenta.

¿ A que punto de soledad hemos llegado para que a las nuevas promociones de compañeros les extrañe que haya buena sintonía entre la secretaría y la intervención de un mismo Ayuntamiento, dada la excepcionalidad de la situación?.

7 Comentarios

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo. Y no sólo porque a mí también me han culpabilizado las «administraciones superiores» por argumentar mi negativa a hacer determinados papeles » que otros sí hacen» sino porque algunos compañeros secundan estan actuaciones. Puedes leer «Que es una compulsa y cuando no compulsar». Y eso sí que duele. Nuestra imagen colectiva es penosa. Ya lo dije en otra ocasión: en esta profesión no necesitamos enemigos; nos bastamos nosotros mismos para ningunear nuestro trabajo.

  2. Suscribo muy especialmente lo que dice este compañero en los párrafos 4º y 5º. Creo que a estas alturas los habilitados conocemos o podemos comprender fácilmente, cual es el orígen de las situaciones descritas. En España no hay ni un Sindicato de Habilitados, ni un verdadero Colegio Oficial de Habilitados, que vele por el buen ejercicio de la profesión y sancione el cumplimiento de normas legales y/o deontológicas, por parte de sus miembros, según la doctrina del Tribunal Constitucional en la materia. Lo que tenemos aquí es un «Sindicato Vertical» (residuo del franquismo) que no defiende los intereses de los Habilitados, sino la inserción del colectivo en el poder político existente, a través de unos intermediarios «paniaguados» para mantener el «desorden establecido». Por lo que yo he visto, los Colegios de Habilitados, son del color político de quien manda en la CCAA, sus capitostes disfrutan de una serie de privilegios derivados de su buena relación con los políticos, mantienen una sospechosa sintonía con ellos (parecen hechos de la misma pasta) y rara vez manifiestan oposición alguna frente a las medidas que toman aquellos, aunque perjudiquen a colegiados o incluso a toda la profesión en su conjunto. En estas condiciones: ¿Cómo no vamos a ser llaneros solitarios? ¿Cómo no vamos a hacer la guerra por nuestra cuenta? y ¿Cómo no vamos a enfrentarnos a todo, cuando en nuestro trabajo tenemos a todos en contra e incluso nos cambian las leyes para ponernos peor y no podemos contar ni siquiera con nuestros compañeros de profesión?

  3. la verdad, partiendo del deficiente sistema de provision de puestos de trabajo que tenemos… que esperamos? Hasta que el legislador no decida preocuparse por la administracion local, y dentro de ella de los habilitados estatales, no creo que la situacion mejore!

  4. Gracias por la cita y por tu excelente y certero artículo Jesús, el cual suscribo al estricto pie de la letra… «en la mayoría de las ocasiones, las exigencias de las administraciones superiores son fruto de un desconocimiento atrevido de la legislación de régimen local, cuyo conocimiento, parece ser, que solamente se les exige a las Entidades Locales, y por eso las Comunidades Autónomas pretenden la adopción de acuerdos por el Pleno cuando la competencia está residenciada en el Alcalde o en la Junta de Gobierno Local, órgano que parece no existir para ellos…»

  5. *Al poco de obtener la Habilitación, me presentaron a una Secretaria de un pueblo mesetario, con muchos años de ejercicio, y me confesó en privado: has elegido el trabajo más ingrato de este mundo, recuerda bien lo que te digo y ya verás dentro de unos años, si tengo razón o no.

    *Al llegar a un nuevo destino, bastante paradisiaco, me fuí a tomar algo con un compañero habilitado que había caido también allí por concurso unitario y me contó lo que le dijo su preparador, al ponerse a estudiar la Oposición: «El mejor Alcalde que haya en España, tendría que estar colgado con las tripas de su primer Teniente de Alcalde». Parece ser que el preparador le estaba mentalizando, para lo que se le vendría encima, si sacaba la Oposición; pero la frase me resultó un poco fuerte y exagerada, pese a que yo desde que tengo uso de razón, he defendido apasionadamente que el tiranicidio forma parte del Derecho de resistencia a la opresión y que solo nuestra cobardía crea y agranda a los tiranos, pues en las naciones donde abundan los hombres libres y valientes (EEUU, Inglaterra, Holanda o Francia) no abundan los déspotas. Una vez pasados ya unos años y unos Alcaldes por mi vida, hoy ya no se que decir.

    *Cuando uno ve por ejemplo, quien es el Presidente de la FEMP o el Ministro que ahora lleva supuestamente lo territorial, en vez de las Administraciones Públicas, es normal quedarse sin palabras y caer en la melancolía. Quizá eligen a posta sujetos inefables, para enmudecer a la muchedumbre y así evitar un levantamiento popular. En un país serio, elementos como estos no llegarían ni a Presidentes de una Comunidad de Vecinos, en caso de no ingresar en un Centro Correccional.
    Otra táctica que parece dar buenos resultados a los políticos en España, es poner bufones en escena (con aspecto de personas corrientes, como el vecino de al lado), así provocan la hilaridad o simpatía del pueblo y mientras se distrae con la farsa, le engañan y roban la cartera. Paradójica situación, en una Sociedad que desde hace mucho tiempo, valora más su cartera que su Libertad y acaba teniendo lo que merece: predominio del dinero sobre el valor y servidumbres de todo tipo.

    *A parte de los supuestos de acoso moral en el trabajo que se dan con mucha frecuencia en nuestro colectivo, por aislamiento, inadaptación a un medio hostil, represalias mafiosas, gansterismo grupal, etc, sería interesante conocer la incidencia de enfermedades piscosomáticas entre habilitados; desde luego yo he conocido personalmente casos de mobbing, alcoholismo e incluso de suicidio: la última y radical libertad del hombre, la cláusula de cierre del derecho fundamental a la vida, el baluarte desde el cual se puede caminar seguro por el Mundo, mirando de frente a los demás sin miedo, diciendo muy alto y muy claro: mientras pueda suicidarme, no quedaré sujeto a ningún Sátrapa, no haré lo que yo no quiera, ni seré torturado por nadie ni por nada.

  6. Gracias por que alguien empiece a moverse en este sentido,culpables…muchos compañeros nuestros… bueno habra que decir presuntamente culpables,la union hace la fuerza,siempre,nunca la he visto en nuestro colectivo.»ES UNA VERDADERA PENA» POR NO DECIR PALABRAS MAYORES……

  7. Nuestro colectivo es un reflejo de como es la clase media española (de las otras casi mejor no hablar), sociológicamente franquista, corrupta y amoral que todavía sigue los consejos que la dio el Dictador, como el famoso: «Haced como yo, no os metáis en política», proverbial muestra de cinismo duro, de uno de los mayores monstruos de la Historia Contemporánea que ha dejado huellas indelebles en nuestra realidad política de hoy, donde nos encontramos un «franquito» hecho a imagen y semejanza del Tirano, casi en cada villorrio y en cada cargo público, sostenido por una masa de capones y eunucos, mediocres hasta en su malevolencia.

    Por si alguien no se ha enterado, hace años que la colegiación ya no es obligatoria, desde una sentencia del TC que declaró eso como contrario al derecho fundamental de asociación, en su vertiente negativa.

    Los colegios de habilitados no solo no han defendido el interés general de la Habilitación Nacional o lo han confundido con los intereses particulares de unos cuantos colegiados; sino que vienen contribuyendo a su aniquilación, mano a mano con los partidos en el poder. Ya que no su pagan su corrupción con su dinero, no les paguemos cuotas encima. Construyamos un Sindicato Virtual Alternativo en este Blog, todos aquellos que renunciamos al pasteleo, defendemos el interés general del Estado, el interés conjunto de la profesión y una Democracia real basada en valores.

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