Por Resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, de fecha 27 de diciembre de 2013, se decidió designar el 31 de octubre de cada año y a partir del año 2014, Día Mundial de las Ciudades, invitando a la Fundación, ONU-Hábitat (Fundación de las Naciones Unidas para el Hábitat y los Asentamientos Urbanos, el primer órgano oficial de la ONU dedicado a las urbanizaciones), a los organismos internacionales correspondientes, a la Sociedad Civil y demás interesados a celebrar dicho día y fomentar la sensibilización, al respecto.
Desde el año 2014 se han llevado a efecto y a nivel mundial Conferencias en Ciudades Anfitrionas, en donde se ha celebrado, el Día Mundial de la Ciudad, y proponiendo temas de desarrollo, para su discusión, debate y adopción de acuerdos, a desarrollar anualmente, para la consecución de los objetivos propuestos.
Y así en el año 2014 fue en Shanghái (China) la celebración del Día Mundial de la Ciudad bajo el lema: «Liberando las transformaciones urbanas», el 2015 en Milán (Italia) bajo el lema: «Ciudades diseñadas para convivir», el año 2016 en Quito (Ecuador) bajo el lema: «Ciudades inclusivas, desarrollo compartido», y este año en Cantón (China), y bajo el lema: «Con gobernanza innovadora, ciudades más abiertas»
Con el citado lema se ha querido resaltar en Cantón que los modelos de gobierno urbano tradicionales, para encarar el desarrollo sostenible de las ciudades, son insuficientes. Esta nueva tendencia de nueva gestión pública se encuentra prevista en la nueva Agenda de Desarrollo 2030, en la Nueva Agenda Urbana (que es un documento resultante de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y el Desarrollo Sostenible que se llevó a efecto en octubre de 2016 en Quito (Ecuador) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El 6 de septiembre de 2015, 193 líderes mundiales se comprometieron con 17 objetivos mundiales para tratar de conseguir en los próximos 15 años, las siguientes metas:
-Erradicar la pobreza extrema,
-Combatir la desigualdad y la injusticia y
-Solucionar el cambio climático.
Acabamos el mes de octubre de 2017 con lo que se ha venido a denominar octubre urbano ya que el primer lunes de octubre, día 2 de octubre, se celebró el Día Mundial del Hábitat, y el día 31 de octubre el Día Mundial de las Ciudades, que son hitos principales del mes señalado por Naciones Unidas para promover un mejor futuro de las ciudades.
Los problemas que trata de solventar las Naciones Unidas son de proyección mundial y con estas conmemoraciones y señalamientos de Días Internacionales se pretende, promover la reflexión sobre el estado de nuestras ciudades, si bien a nivel global, y debatir y sensibilizar en la opinión pública mundial –otra cosa es que se consiga– sobre temas estratégicos, que sean capaces de mejorar la calidad de vida de las mismas.
A mejor ciudad, mejor calidad de vida. En 2015 cerca de 4.000 millones de personas (el 54 por ciento de la población mundial) vivía en ciudades y según los últimos estudios de la ONU, este número aumentará en 5.000 millones para el año 2030).
Por un lado se ha visto la necesidad de avanzar hacia modelos de gobernanza más innovadores dado que los modelos tradicionales deben ser actualizados en un esfuerzo de mejorar la sostenibilidad urbana y, por ello, muchos países se encuentran, trabajando para mejorar su capacidad de gobernanza local, fortaleciendo el desarrollo territorial y urbano integrado, la cooperación metropolitana e interurbana, desarrollando modelos innovadores de transparencia, rendición de cuentas, participación y colaboración ciudadana e involucrando a múltiples actores en la búsqueda conjunta del desarrollo sostenible.
Las ciudades actuales enfrentan retos y problemas importantísimos como son las expansiones urbanas incontroladas, que generan barrios marginales y sin servicios básicos, dificultades en el acceso a viviendas dignas, congestión vial y contaminación del aire, falta de espacios públicos y/o problemas en su acceso, o por nombrar sólo algunos más, exclusión, inseguridad o acceso desigual a la generación de empleo y a las oportunidades de desarrollo, especialmente entre los jóvenes.
La gestión de la gobernanza urbana también puede mejorarse introduciendo nuevas tecnologías de la información y soluciones de gestión y explotación de datos para ayudar a las autoridades locales a contar con sistemas más transparentes, responsables y participativos. Porque las llamadas “ciudades inteligentes” sólo serán “inteligentes”, si estas tecnologías se usan para mejorar el servicio público y para garantizar la eficiencia de los mecanismos de intercambio de información entre los gobiernos y los ciudadanos en pro de una gobernanza urbana inclusiva.
A mí me cuesta como gestor público local de base entender, en ocasiones, la jerga que utilizan los Organismos Internacionales para tratar de resolver los problemas locales. Lo que está claro que el gobierno de una ciudad no consiste, aunque luego es lo más importante, en la tramitación de expedientes administrativos, esto solo no basta, pero también, es cierto que estas grandes declaraciones Internacionales, Agenda de Desarrollo 2030, Objetivos del Desarrollo Sostenible y Programa de Desarrollo Local de la ONU, son inaplicables, si no se cuenta con los Gobiernos Municipales para su ejecución y sus funcionarios.
Es por ello, por lo que aquí se hace clave la ya famosa frase: «pensar en lo global y actuar en lo local».