En defensa de las Diputaciones

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En defensa de las DiputacionesPrestas aparecen cada día propuestas de reforma administrativa. Es cierto que la grave crisis en la que estamos inmersos podría servir para impulsar necesarios cambios. Muchos excesos y algunos errores se han cometido y podría ser esta situación momento oportuno para corregir el rumbo. Sin embargo, la lectura de los periódicos, inundados de declaraciones políticas, desalientan esa primera ilusión. Ejemplo lo tenemos en una de las últimas ocurrencias que ha saltado a la arena del debate político: ¡suprímanse las Diputaciones! Y antes de continuar leyendo, pienso: ¡precisamente las Diputaciones con su más que centenaria estela! Claro que creo en la imprescindible reforma territorial de las Administraciones públicas. Pero me ha sorprendido que el catalejo haya reparado justamente en las Diputaciones, una de las Administraciones cuya función está más que justificada. ¿O es que hemos olvidado sus vínculos con los pequeños municipios a los que atienden y aconsejan?; ¿de la buena labor de los servicios de asistencia municipal?; ¿de las obras de pavimentación ignoradas por otras Administraciones?; ¿así como de otros servicios que facilitan estas añejas y maduras Administraciones?

Antes de reconsiderar el papel de las Diputaciones, muchas otras reformas de la estructura territorial deberían analizarse. Acertó más Javier de Burgos al dibujar el mapa provincial que los promotores de las Autonomías al confeccionar el mapa regional. ¿Por qué no se piensa seriamente en crear unas Comunidades más adecuadas para la buena gestión administrativa, con un número suficiente de habitantes con recursos económicos? Es más ¿por qué no se suprimen tantos servicios territoriales de las Autonomías que han multiplicado los servicios provinciales? ¿Cómo es posible que no se analice y minore esa costosa duplicidad? Y si se piensa en suprimir las Diputaciones… ¿se piensa empezar por las forales?

Antes de plantear la reforma de la administración provincial debería estudiarse también la reorganización del mapa municipal. La discriminación de los ciudadanos en los servicios públicos que disfrutan avanza a buen ritmo debido al empobrecimiento de tanto pequeño Ayuntamiento que pierde aliento ante las nuevas exigencias de la sociedad actual. Ya me he pronunciado en otras ocasiones desde esta ventana a favor de unos Ayuntamientos más grandes, con más población y recursos. Ésto no conducirá a que los pueblos desaparezcan. Los antiguos ayuntamientos pueden mantener una gestión similar a la de las parroquias o entes locales menores y seguir disfrutando del aprovechamiento de sus bienes.

Pero tras estas consideraciones sigo leyendo las declaraciones y mi asombro aumenta. La propuesta de suprimir las Diputaciones ha sido completada. Parece que toda declaración política, por sorprendente que sea, siempre puede ser empeorada.  Y es que la liquidación de las Diputaciones se quiere compensar con la creación de ¡comarcas! Ya existe esa administración en algunas regiones y su resultado no destaca como mejora de la eficacia administrativa en la prestación de servicios. Basta ver los repertorios de jurisprudencia para advertir cómo han contribuido también a generar conflictividad en la discusión de competencias. Pero, sobre todo, lo que más me admira, lo que no dejará de maravillarme es advertir la destreza de algunos políticos en conseguir multiplicar los cargos electos y los puestos de confianza. En fin, creo que no tenemos remedio y que el barco de la Administración pública naufragará pues no es posible mantener tanto buen funcionario y tanto cargo electo y de confianza.

9 Comentarios

  1. Mercedes, siento discrepar, pero no estoy nada de acuerdo con lo que dices. Las Diputaciones Provinciales son entes bastantes inútiles, a modo de «cementerio de elefantes» de políticos, y también de cajón donde meter políticos que fracasaron en las elecciones locales, o de recompensar a otros que tuvieron más éxito y llevarse así un sobresueldillo. Te hablo por mi experiencia, que la verdad no es bastante positiva.

    En una de las Diputaciones de mi entorno, por ejemplo, el puesto de Secretario lleva años sin cubrirse, y sin embargo es el Vicesecretario el que ejerce de Secretario. La explicación es que el Presidente de la Diputación se niega a que un habilitado que no sea de su gusto entre en dicho puesto. Así que la dejan vacante. Eso sí, la Diputación se halla poblada de personal laboral, y conocida en toda la provincia es la «politización» de sus técnicos de asistencia (arquitectos, ingenieros, …) que se dedican a hacer informes a la carta del Alcalde de turno que pide informe, en muchas ocasiones firmando auténticas barbaridades.

    Claro que también hay gente de valía, pero la gestión de la política es provincial es realmente desastrosa. Se dedican a crear empresas provinciales, con capital privado, y que funcionan a modo de «medio propio» de los Ayuntamientos luego, vulnerando la LCSP. Estas empresas provinciales están también pobladas de personal reclutado al margen de todo procedimiento objetivo limpio basado en el mérito. Se han convertido en un auténtico negocio, donde los políticos provinciales (y algunos técnicos, a los que el sistema de incompatibilidades no se les suele aplicar) crean redes clientelares tan de su gusto.

    Te aseguro que las que conozco prestan un servicio de asistencia a municipios más que deficitario, y se dedican a recaudar por los municipcios cobrándoles eso sí unos suculentos premios de cobranza, y haciendo caja, que parece ser lo suyo…

    Por otro lado, la asistencia financiera a municipios se traduce en muchas ocasiones en subvenciones absurdas que son realmente tapadera para trasferir dinero a las empresas satélite de la Diputación (ejemplo: planes de sostenibilidad ambiental, de mejora de la red de agua, etc….: se ofrecen a realizar esas obras y redactar esos planes precisamente las empresas provinciales, que son llevadas de la mano por el Diputado Provincial de turno al Alcalde, aconsejándole que contrate con la misma).

    Triste pero cierto panorama.

  2. Agradezco mucho los comentarios. Pero me atrevo a puntualizar lo siguiente:

    a) ¡Sólo faltaría que en las Comunidades autónomas uniprovinciales se hubieran mantenido las Diputaciones!

    b) Por supuesto que hay que descargar las espaldas de los ciudadanos de tanta Administración ineficaz y poner coto al despilfarro y al clientelismo político. Quizá la grave crisis económica sea una buena oportunidad para adelgazar la Administración pública. Pero, a mi juicio, convienen distinguir varios escalones administrativo. Y, a pesar de conocer prácticas nocivas de diputados provinciales, creo que en las Comunidades autónomas extensas pueden ser un buen instrumento de asistencia a favor de los Ayuntamientos. Por lo menos hasta que se culmine la reforma necesaria del mapa territorial.

  3. Es posible que se piense en las prestaciones de las Diputaciones como algo esencial para los pequeños municipios, es posible, pero en la sociedad moderna, dinámica, formada, estructurada en una sociedad de mercado donde las cosas funcionan con buenos profesionales, la gestión municipal, llevada por cualquier corporación, sea del tamaño que sea, se mueve en un mercado donde las necesidades de los municipios pueden ser perfectamente atendidas sin necesidad de una «corporación de ámbito superior» o «protectra» de los pueblos.
    La burocracia es la verdadera culpable del retraso en los avances de los municipios y buena parte de ello lo constituyen la maquinaria administrativa de las Diputaciones, constituyendo un claro ejemplo cuando se trata de conceder una subvención a un municipio para una prueba deportiva (por ejemplo) y justificar su realización es sinónimo de una carrera interminable de aportación de de documentos, certificaciones, declaraciones oficiales, etc, etc. para lo cual se necesita una burocracia administrativa por parte del Ayuntamiento y de la Diputación que no paga nadie, ya que la subvención tiene una finalidad y ha de cumplirse.
    Y podemos seguir hablando de las obras mayores, donde los proyectos pueden ser perfectamente asumibles por técnicos profesionales del mercado privado y su ejecución se lleva a cabo a través de concursos a los que se accede desde la empresa privada.
    Los técnicos, pueden ser contratados por los propios Ayuntamientos del mercado libre, pues los de Diputación necesitan un coche oficial, un chofer, dietas, gastos de locomoción, etc. etc. para moverlos de su sillón y que visiten la obra.
    Si así veo las cosas, y podría seguir hablando de los demás servicios, como los Servicios Sociales, los de festejos, los deportivos, no me cabe acabar de otra manera… Los Concejales, a la postre son los que forman la Diputación, ya tienen su actividad en su municipio, por lo que cabe pensar en una segunda actividad pública… más gastos para el erario público que tienen que soportar los ciudadanos.
    Se hizo el Pacto Político Municipal… entonces ¿para cuando el Pacto Económico? y que sea el propio municipio el que disponga donde gastar sus dineros?.
    Esto es como las sandías… que al agricultor se la pagan a 0,25 euros y en el mercado se vende a 2,5 euros. Lo intermediarios se lo llevan todo y el dinero del Estado que ha de llegar a los municipios tiene que pasar el filtro de las Diputaciones para que una serie de políticos y empleados públicos se queden con la mayor parte… y para los pueblos las migajas.
    Más oportunidad para los destinatarios: los vecinos de los pueblos.
    Más claridad en la información que se cuenta.
    Más relevancia en los fines que se pesigue.
    Más razonabilidad en los sucesos de la actividad económica.
    Más economicidad en el proceso de adopción de decisiones.
    Perdón por pensar así. Gracias a tod@s.

  4. ¿Por qué: «perdón por pensar así»? (¡!) El espíritu crítico está entre los mejores pensamientos.

    Creo que deben realizarse muchos matices a la hora de atender a las Diputaciones. Mi reflexión surgió tras oir y leer declaraciones de varios políticos a favor de su supresión y su sustitución por comarcas; y se apoya en cierta experiencia (de varias décadas) y contactos con Diputaciones provinciales y pequeños (muy pequeños) Ayuntamientos. Por eso las próximas consideraciones se dirigirán a la necesaria reforma del mapa local. Saludos.

  5. En mi opinion si se hace necesario reformar la estructura de las Administraciones Publicas y, entre estas, la supresion de las Diputaciones Provinciales, junto con la agrupacion de ayuntmaientos debe ser una de las primeras medidas a adoptar

    La idea que esta en la calle de supresión de estas Administraciones no derivan de lo que hacen o dejan de hacer sino de

  6. Sí, estoy de acuerdo con las precisiones que se hacen. Pero reitero: siempre consideré un exceso la duplicidad generada por las Comunidades autónomas al crear una estructura periférica y mi defensa de las Diputaciones deriva mi confianza en los funcionarios que han prestado servicios de asistencia municipal. En todo caso, seguiremos comentando la imprescindible reforma del mapa local. Saludos, MF.

  7. Estoy de acuerdo con Tonio. Si el dinero que debe llegar a los Ayuntamiento se repartiera como los PLanes E del Estado, sería mucho más justo para todos, aunque podrían seguir existiendo planes especiales que solventasen las desigualdades , por supuesto. Todos sufrimos ese reparto de subvenciones terrible que se organiza en función de la afiliación política del Sr. Alcalde. ¿POr qué no se reparte en función de la población o los servicios que se prestan?.
    POr otro lado a todos nos ayudaría que las justificaciones se hicieran via internet como en los precitados planes. Saludos.

  8. Las Diputaciones cumplieron con una misión de enlace antes de la creación de la Autonomías. Ahora pensamos en eliminar las Diputaciones porque duplican las capas de la administración pública. ¿por qué no analizamos el mapa autonómico, lo ajustamos, lo corregimos (modificando la Constitución si necesario) y luego eliminamos las duplicidades estén donde estén. El «rturn on investment» de las Autonomías no ha demostrado ser positivo. Las Diputaciones se han convertido en entes a los que se les ha sacado la silla. Pensemos en construir y evitaremos discusiones

  9. No sería bueno que un análisis de las Diputaciones estudiara cuál es su origen. Es decir, de cuándo data su formación, de cuándo son las provincias que dicen representar, en qué se basó el autor de dicho mapa provincial, …

    Porque parece que todo el mundo quiere tocar el tema de las Diputaciones, sin que por otro lado se analicen otros temas colaterales igual de importantes.

    ¿No será que hay de por si un interés en ocultar parte de la historia de España?

    http://es.wikipedia.org/wiki/División_territorial_de_España_en_1833

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