No seré yo quien pretenda que se regale a cualquiera un puesto de trabajo de funcionario de carrera (o fijo) sin más. Pero quizás deberíamos ver la cuestión desde una perspectiva objetiva y global en vez de enriscarnos en posiciones bien laxas, bien maximalistas, bien corporativas.
Sigo atónito por las razones e invectivas que se lanzan desde redes en contra del proceso de estabilización de los FHN. Proceso que, aunque no sale en los medios, está siendo tormentoso y lleno de dudas para más inri, dada su excepcionalidad. Si no estoy mal informado, ahora mismo está impugnado todo. COSITAL y APSITAL se han posicionado en las trincheras de la “defensa de la profesión”. Y Secretarios interinos, a través de asociaciones diversas, defienden que es necesario seguir con el proceso de estabilización, como se está produciendo en el resto de funcionarios y empleados públicos de todas las administraciones (tiene su aquél, además, que estos interinos estén llevando a cabo los procesos de estabilización del personal municipal en casi todos sus ayuntamientos).
Y, finalmente, aparte de estos dos sectores, hay profesionales que han impugnado también por su cuenta número de plazas, bases, etc. Así que estamos en un totum revolutum de contenciosos que resolverá una jurisdicción colapsada cuando lo considere oportuno. La cuestión jurisdiccional es como la parábola del Evangelio: estad preparados porque no sabéis el día ni la hora.
Y es que todo eso parte porque Europa (palabrita del niño Jesús) dijo que ya vale de desidia institucional, al fin, pereza burocrática dado lo farragoso de los procesos. Porque el problema de la estabilización no es un problema de los interinos, es un problema de décadas de galbana institucional, al haberse hecho dejación casi total de la obligación de ofrecer anualmente un número de plazas adecuado a las vacantes existentes.
Enfrentamientos, o por mejor decir, posiciones encontradas, que quizás se solucionarían mediante una negociación de todas las partes y con la aprobación de una norma con rango de ley ordinaria, de tal modo que se eliminen las impugnaciones en lo contencioso y se deje el problema tan sólo en manos del Constitucional (aunque al igual que la vía jurisdiccional también colapsado), sustrayéndolo a juzgados y tribunales de lo contencioso.
Así que actualmente existen dos problemas con la habilitación nacional:
1. Los habilitados nacionales ya no van a ser nacionales, van a ser autonómicos o, a la larga, van a desaparecer como tales.
2. Los procesos de estabilización, que provienen de normativa derivada de aplicación de pronunciamientos europeos, van a ser complicados.
1. Vamos a acabar siendo habilitados autonómicos; a medio plazo acabaremos siendo habilitados locales, ya no tendrá sentido la palabra “habilitado”. Se será SITAL local del Ayuntamiento equis. En el fondo, la tendencia en un estado en deconstrucción es que cada entidad local se busque la vida como pueda, ¿a quién le va a importar? En este mundo político, en el que no hay nada que no sea moneda de cambio, en el que para el Gobierno Central y para el de las autonomías lo que vale es el día a día, el poder tiene como objetivo básico y principal mantenerse en el poder, lógico en la normalidad democrática, pero no tan lógico puesto que presumiríamos cierta deportividad democrática. Así que cualquier cosa, como no puede ser de otra forma por otra parte, es negociable. Obviamente se cede continuamente a las presiones de nacionalistas vascos y catalanes. Con los navarros ya se cedió en su día; su historia “foral” les hace acreedores de un régimen especial. Así lo estableció, extrañamente y desde mi punto de vista de forma deshonrosa, nuestra Constitución; ciudadanos de primera y de segunda división. Tanto en cuanto al régimen foral navarro como para las vías de acceso en su día a las autonomías de País Vasco, Cataluña y Galicia por tener en la República ya procesos autonómicos. Los SITAL no iban a quedar al margen. Qué raro, casi nadie habla del tema.
Y en estos momentos, la habilitación, de nacional ya nada. Por decirlo claro, vascos por al decir de insignes autores, dolicocéfalos y con Rh diferenciado (véanse estudios ad hoc como el que se “informa” en https://core.ac.uk/download/pdf/11497622.pdf o se alude en https://es.wikipedia.org/wiki/Raza_vasca ) y léase el ideario de Arana, así como por hablar una lengua prerromana; y catalanes por hablar una lengua romance pero distinta, quieren hacer la guerra de los SITAL por su cuenta. Una buena parte se considera distinta y, por lo tanto, quizás implícitamente, superior. Es ahora cuando se les ha ocurrido “meterse” en el tema de la habilitación, hasta ahora esto era algo menor (¿quién sabe qué es eso de los habilitados?), había otros temas más importantes. Y ahora, cuando ya quedan pocas competencias y pocos temas en los que rascar, se asalta a la función pública de los SITAL.
Si en el fondo una de las razones de existir de los FHN, es o era la de disponer de una administración uniformizada, objetivada y bajo control jurídico y económico a través de funcionarios independientes, ahora pasa a ser algo más en lo que corroer competencias al Estado. Eliminar controles, obvia tendencia actual. C’est fini.
2. La controversia de la estabilización. Sigue abierto el frente entre habilitados de carrera y habilitados interinos. Los primeros hacen bandera de la necesaria profesionalidad que debe existir para ejercer la función. Sensu contrario, para éstos, los interinos no deben ser profesionales porque no han pasado un sistema de oposición puro, pese a que muchos lleven años y años en puestos a los que nadie ha querido concursar. Sería como si el adjunto de digestivo por oposición despreciase al adjunto interino, o bien a un MIR recién terminado. O como si nadie quisiera llevar a sus hijos al instituto o a la universidad, si el profesor de la asignatura es interino y no ha ganado la oposición. No se podría consentir que se dé acceso por la gatera de un mero concurso de méritos, pese a que haya interinos que llevan más de quince o veinte años sacando adelante sus ayuntamientos en municipios situados más allá de donde Cristo perdió el gorro, (al oeste del Río Pecos), en los que nunca han querido ir funcionarios de carrera porque al haber muchas vacantes, siempre hay algo “mejor”. Y no porque el interino haya montado una barricada, sino porque están en un metafórico far west, pueblos de frontera. Los interinos, como última ratio, hacen las mismas funciones que los de carrera y ponen orden como el sheriff de Tombstone. Y, curiosamente, para determinar el número de vacantes a proveer mediante concurso, cada comunidad autónoma ha hecho de su capa un sayo y ha informado al Ministerio de las plazas que están sujetas a estabilización conforme a los criterios de no haber sido cubiertos casi jamás de los jamases. Así, como ya indiqué en otro post, Castilla y León declara 203; Castilla La Mancha, 144; Aragón, 179; Cataluña, 125; Extremadura, 27; C. Valenciana, 6; Cantabria, 3; Asturias, 2; Andalucía, 25; Canarias, 7. Y reitero, además de no aparecer Navarra ni País Vasco como era de esperar, tampoco aparecen siquiera Galicia ni Madrid. Qué raro.
Más raro aún es que todavía no se haya convocado el concurso unitario de 2022 y que en la última oposición, en la que tan sólo se convocaban algo más de 200 plazas, a todas luces absolutamente insuficientes, ni siquiera llegasen a cubrirse. Así no vamos a ninguna parte. ¿Desidia total, incompetencia total o motivos ‘extraños’?
Busquemos pues una solución de una vez. Hay soluciones intermedias que podrían satisfacer a todos. Convóquese un proceso de negociación entre Ministerio del ramo, FEMP, COSITAL, y sindicatos de funcionarios de carrera y de interinos (por favor déjense al margen a las CCAA). Favorézcase la colegiación de los interinos y estúdiese la creación de una comisión dentro del Colegio que haga propuestas. La única condición, generosidad, trabajo y ganas de llegar a un acuerdo. Recordemos a aquel escalafón de hace muchos años que se componía por secretarios integrados que sólo podían cubrir plazas de municipios hasta 2000 habitantes. O establézcanse turnos preferentes en los concursos para los funcionarios de carrera y que no se sientan agraviados. En fin, sólo son ideas, pero salgamos de este marasmo de normas, impugnaciones y malos entendidos. En el fondo lo agradecerá la cosa pública.
Totalmente de acuerdo. Mi más sincero aplauso. Peores son las barricadas de muchas acumulaciones de `plazas que no están precisamente en sitios apartados, y no las montan los interinos.
Totalmente de acuerdo .han sacado sin el más mínimo rigor el concurso el decreto de estabilización .perdón mi lenguaje jurídico pero soy bombero .
Si bien es cierto los problemas que está pasando con los funcionarios con habilitación nacional , no menos justos es lo que está pasando en algunos cuerpos de bomberos .
En Andalucía concretamente en la diputación de sevilla ,muchos los bomberos interinos llevan más de 10 años ,accedieron al interinaje solo con una prueba física (gimnasia ) y ningún proceso evaluativo más ,ni psicotécnicos ,ni examen teórico .
Ahora se les estabilizan y tienen más prioridad en puestos de mando que un funcionario de carrera con años de servicio y mando . Por culpa de la promoción interna .
Es justo mi años de estudio , mis años de carrera , no pueda presentarme a mando , en un lugar donde nadie entro con un examen ni estudiando?
Me gustaría Ignacio una opinión suya . Gracias
Como empleado público siempre he pensado que el exceso de interinos en nuestro país tiene una razón principal: los políticos quieren funcionarios y empleados dóciles, que no les pongan trabas legales a sus desafueros. Si uno está interino, siempre pende sobre su cabeza la espada de Damocles de que el político de turno saque su plaza a concurso y/u oposición.
En el caso del personal de más bajo rango, además, siempre han considerado (fueran de derechas o de izquierdas, nacionalistas o no,… da igual) que al no cubrirse reglamentariamente las plazas, esos empleados interinos ─además de sumisos─ no van a ser reivindicativos, y así no le van a crear problemas (huelgas, demandas, comunicados, etc.) al que gobierna.
Se da la triste circunstancia de que en muchos servicios de este país hay más interinos que fijos, con lo cual se lastra el reconocimiento de los derechos que le deberían ser inherentes a ese colectivo de trabajadores (bomberos, médicos, bedeles…, el que sea, que hay muchos). Y es porque a su vez abundan los Comités de empresa compuestos mayoritariamente por interinos ─que fueron votados por interinos, todos ellos temerosos de perder su puesto─ que se dedican a asentir y consentir todo tipo de tropelías de la jefatura o del político, con tal de que no se toque el «statu quo» del colectivo interino. Es decir, que no se saquen las plazas. Creo que está clara la perversa relación que esto genera entre el interino y el que manda, y cómo afecta negativamente al que está fijo pero en minoría numérica en el organismo.
Y, si bien los interinos pensarán, la mayoría, que se ha abusado de ellos, también hay quien, desde el otro lado de la mesa, mira la botella medio llena y piensa que ellos (aunque habrá excepciones) se han beneficiado durante años de plazas públicas sin opositar. Si se hubieran hecho las cosas bien quizá muchas de ellas las estarían ocupando otros mejor preparados.
En tercer lugar, pero no menos importante, mencionar que muchos de esos interinos que pueblan nuestras administraciones entraron en su día por contactos con el poder político. Directa o indirectamente, que de todo hay en la viña del Señor. Esto creo que es algo que desconocen en Europa quienes ahora nos exigen dar carta de naturaleza a lo que, en muchos casos, no son sino situaciones derivadas de esa corrupción política más conocida por «enchufismo».
¿Colegiar interinos?
En mi opinión, es como si el colegio de Médicos colegiara a los curanderos, chamanes, sacamuelas, y charlatanes. Los Colegios médicos consideran estas prácticas- difundidas, antiguas y, muchas veces, surgidas de la necesidad- intrusismo. Yo coincido con los médicos, me parece algo más digno y lógico, para mi, para la profesión y para la sociedad. No me parece que contribuya en nada a solucionar el problema, ni de fondo, ni de forma.
Disculpa pero me parece que estás errando el tiro. Los médicos interinos tienen que estar colegiados en el colegio de médicos sino no pueden ejercer y no tienen plaza precisamente