En los tiempos que corren, a quienes les toca ejercer el liderazgo se enfrentan a uno de los principales desafíos organizacionales: la necesidad que las organizaciones y las personas se adapten rápido y bien a entornos cada vez mas dinámicos y exigentes. Esto le está ocurriendo hoy a las administraciones públicas, cuya exigencia de reinventarse está en boca de todos y emerge fuertemente en las agendas políticas.
En las organizaciones conviven dinámicas de exploración y explotación, cuyas lógicas son fundamentalmente diferentes e involucran estructuras muy distintas. Un liderazgo adaptativo integra ambas lógicas. Urge a quienes lo encarnan ser ambidiestros, manejando la tensión que produce una y otra dinámica, aprovechando esas rendijas de tensión creativa como ventanas de oportunidad. El nivel de éxito que se alcance en esas integraciones creativas es lo que posibilita la capacidad de adaptación de una organización. Ello supone un liderazgo que impulse y habilite espacios para el desarrollo de capacidades dinámicas, mas allá de las capacidades operativas: mas inerciales, menos dúctiles.
Las capacidades dinámicas se refieren a la habilidad de la organización para construir, integrar y reconfigurar competencias internas y externas en entornos que cambian rápidamente. El aprendizaje es central en el enfoque de las capacidades dinámicas, y las colaboraciones y asociaciones entre personas sirven como vehículos importantes para que se produzca el aprendizaje. En el liderazgo adaptativo, los líderes permiten esa integración al actuar como «conectores organizacionales» que crean vínculos que apoyan las transiciones de una lógica a otra, de la ejecución a la exploración y viceversa. Koldo Echebarria escribía en un reciente artículo “los jefes en las organizaciones, incluso en las mas planas, son un instrumento de coordinación”.
En una organización compleja conviven, en general, dos tipos de liderazgo: uno de base ejecutiva, que podemos llamar operativo, el cual está basado en nociones tradicionales de jerarquía, alineamiento y control, y cuya función es la explotación del negocio según la planificación. Este tipo de liderazgo, como se ha comprobado, es insuficiente para abordar la complejidad y la incertidumbre. Se ahoga ante el cambio vertiginoso. No tiene cintura para encarrilar lo nuevo. El otro es el liderazgo adaptativo, el cual crea las condiciones correctas para optimizar el aprendizaje, explorar las diferentes perspectivas y soluciones de problemas, se orienta a crear dinámicas adaptativas. El liderazgo adaptativo no da instrucciones. Cuando es así, las personas que las reciben siempre las cambian, las interpretan. Este solo sirve para tareas estandarizadas, no para lo emergente. El liderazgo adaptativo involucra en forma creativa a las personas en su trabajo. Seguir instrucciones es perder vitalidad. No son robots. El liderazgo adaptativo habilita las condiciones del proceso creativo y de aprendizaje para abordar el cambio. Lo transformacional. La tarea de quien ejerce el liderazgo no es dar respuestas, sino “perturbar” a las personas, demandándoles la atención sobre un asunto, y activar el interés para involucrarse en el proceso creativo. Este proceso complejo de las organizaciones se basa en una regla muy simple: la exaltación de la necesidad de crear. Es lo que Margaret Wheatley señala como uno de los principios del cambio organizacional: la libertad esencial de cada persona para ser creativo en las organizaciones. Mientras más creatividad envuelve a las personas en sus lugares de trabajo, más compromiso se consigue de ellas y mas se arraiga el sentido de pertenencia.
El liderazgo adaptativo busca ayudar y crear las condiciones de la observación constante en la organización. Por tanto, el cómo los líderes perciben ellos mismos la incertidumbre y la complejidad es un primer filtro que puede condicionar la organización. Si hay miedo y ansiedad puede llevar a la reducción de oportunidades, si hay confianza y coraje puede llevar a la generación de nuevas oportunidades. En un contexto creativo y de aprendizaje, como el que debe ayudar a habilitar el líder adaptativo, el determinante crítico del liderazgo es la gestión de las relaciones, ya que cuando éstas no son causales ni lineales, su manejo se complica. La gente no tiene toda la información, tiene diferentes niveles de acceso a ella para comprender los cambios externos, lo que se les está pidiendo. La percepción del problema suele ser muy diferente entre la gente involucrada. El ejercicio del liderazgo adaptativo aboga, en consecuencia, por la transparencia de la información y la generación de confianza.
En los contextos de emergencia[1], el líder adaptativo forma parte de redes complejas y en sus interacciones con otros, co-evoluciona hacia una realidad construida colaborativamente. Habilita espacios y procesos de auto-organización en los que se requiere una manera de escuchar y de compromiso con otros que ven y piensan diferente. Este tipo de liderazgo propone escuchar abierta y reflexivamente desde posiciones distintas para abrir nuevas posibilidades emergentes. Se dan patrones en donde las personas simultáneamente cooperan y compiten. Nada de control. Intentar controlar la complejidad nos lleva al rotundo fracaso de los procesos creativos. Ayuda la construcción de relatos significativos a través de conversaciones poderosas. La metáfora como “atractor” de la dinámica organizacional para definir el propósito de una acción o solución. Hacer emerger la solución basada en una narrativa que posibilite el acuerdo y un nivel de certeza de intersubjetividad. Así se construye futuro.
El liderazgo adaptativo exalta la naturaleza social de la organización: como vehículo de transformación tanto a nivel interno como del ecosistema del que forma parte, por lo que permitir la auto-organización se vuelve un desafío relevante para conseguir dinamizar procesos creativos que encuentren soluciones ante la desafiante complejidad. Los procesos creativos ayudan a generar confianza a través del ejercicio de la libertad de crear y hacer. El liderazgo adaptativo ayuda a capturar y dar forma a lo emergente, lo nuevo. Orientado a metas amplias y de largo plazo estos nuevos espacios de liderazgo configuran las propiedades emergentes de un sistema complejo y sus nuevas narrativas para dar forma a futuros más ricos y sostenibles.
Lecciones para un liderazgo adaptativo orientado al cambio organizacional:
- Piensa en redes y colaboración
- Gestiona relaciones
- Trabaja en distintos niveles y escalas de la organización
- Cataliza la auto-organización
- Aprovecha la disrupción
- Facilita, empodera, no dirige
- Detecta la sorpresa, da pie a la serendipia
- Facilita la ejecución, posibilita la exploración
Excelente artículo Marcelo.
Las empresas deben tener dinamismo y capacidad de adaptación a los nuevos cambios, para asumir liderazgo frente a situaciones internas y externas.
Saludos cordiales.
Cierto, la empresa que no se adapta….. cae en el olvido y muere
¿creo que en Japón la palabra crisis es sinónimo de oportunidad?
Dicho de otra forma,……… si te adaptas a lo que venga seguirás avanzando.