Pressing catch  En tiempos de crisis, de problemas, de conflictos y de agresividades, se suscitan enfrentamientos, encuentros, desencuentros y combates singulares entre púgiles de distinta índole cuyo análisis previo o apuesta sobre el resultado, a modo de quiniela, podemos calibrar. Obviamente, como siempre, prestamos especial atención a la Administración Local:

 1)     El Secretario/a versus el asesor (siempre es hombre). El asesor, bien sea “interno” (personal eventual), bien sea contratado externo es un rival difícil, financiado y apoyado por El Mando, y habitualmente oscuro y siniestro. No juega limpio (recordemos que está fuertemente involucrado en la política), y eso lo convierte en un rival peligroso. Además, la vida corrupta y la frecuencia con la que atiende a orgías de comida y bebida le suele dar volumen. Un rival de muchos quilos (aunque ningún quilate) siempre cuesta mucho más de mover… De todas formas apuesto por el Secretario.

2)     El Secretario/a versus el Interventor/a. Si se da esta contienda, mala cosa es. En un Ayuntamiento, hervidero (como estamos viendo) de la fauna más variopinta, si los habilitados no están a una, la situación se puede desmadrar. Más que vaticinar quien ganaría en este enfrentamiento, expongo la conveniencia de que no se produzca, e incluso de hacer “frente común” ante rivales mucho más potentes, para intentar compensar durísimos combates como el que a continuación referimos:

3)     El Alcalde versus el Secretario o el Interventor. Combate desigual. No nos engañemos, no hay nada que hacer. Decía un compañero que si un Ayuntamiento fuera La Iglesia, el Alcalde sería el Papa. No estoy de acuerdo: sería Dios. No son malas armas la legalidad y el sentido común, pero ante un contrincante tan inexpugnable (vid art. 21 LBRL) uno empieza a pensar que las escasas ocasiones en que el habilitado gana, es porque su poderoso rival se lo permite con cierta condescendencia. Pero vamos: de todas-todas apuesto por el Alcalde. A veces no sólo gana, sino que humilla.

4)     El Alcalde versus la Secretaria o la Interventora. Que conste que cuando hablo nunca generalizo, pero, basándome en el porcentaje, debo decir que he conocido muchos Alcaldes “receptivos” a la agradable visión de una buena estética femenina. Desde este planteamiento, una Secretaria y/o una Interventora que se desenvuelva con finura, tiene muchas más armas en su poder para afrontar esta contienda que un tosco habilitado masculino. Como antes apuntábamos, el Alcalde podría dejarse ganar. No importa, ganar es ganar, y la Historia sólo recuerda a los vencedores. A este combate le pongo una equis (no, no lo digo con segundas).

5)     La Alcaldesa versus la Secretaria o la Interventora. Aquí la habilitada lo tiene mucho peor, salvo afinidad sexual.

6)     Un concejal delegado (salvo el supuesto analizado en el siguiente epígrafe) versus el Secretario/a. El concejal delegado es un heraldo del Elegido, de la deidad antes mencionada. Como tal, es poderoso, pero no tanto como su Maestro. Se caracteriza con frecuencia por desconocer la materia objeto de delegación, y por solaparse en su actuación con el Alcalde, creando con ello confusión. En definitiva, otro toro con el que lidiar. Como tal, a veces cornea. El consejo para vencerlo es, en consecuencia, la rapidez de reflejos. Equis.

7)     La concejala de fiestas (siempre es mujer) versus el Secretario/a y/o el Interventor/a. Esta buena mujer antepone -con buena fe pero peor criterio- eventos como las fiestas patronales o los encierros taurinos al resto de la gestión municipal. Entendemos (hablando en serio) la importancia de la gestión lúdica de la comunidad vecinal. Las fiestas se hacen todos los años y siempre queremos que la gente se lo pase muy bien. Lo malo de que venga Bisbal a cantar es que cobra mucho, y por ahí le parece mal al Interventor/a; y, a nivel jurídico, lo malo de los encierros es que siempre ocurre algún accidente desgraciado, cuya responsabilidad patrimonial deriva (muchas veces justamente) hacia la Administración. La concejala de fiestas es una persona que suele caer simpática, pero el habilitado debe tener la sangre fría suficiente para plantarle cara: si lo hace así, dejando a un lado los remilgos, tiene posibilidades de victoria. Equis.

8)     El Secretario/a versus un técnico de la Consejería o de la Diputación. En materia de subvenciones, la Administración “superior” lleva la voz cantante. Por ello puede pedir documentación y requisitos que no exigen las Leyes (desde la Ley y el Reglamento de subvenciones este tema debería estar más claro), y si no percibe colaboración “enfadarse” y poner un montón de trabas. Se trata de otro combate perdido. Apuesto por el técnico, quien además tiene mucha menos faena y puede preparar mejor el combate.

Y como combate estelar de la velada de lucha libre…

9)     Garzón versus Franco. Combate de pesos pesados: el peso de la dictadura contra el peso de la Ley. Garzón es mucho más joven, mientras que su rival, de estar vivo (el magistrado ha pedido un certificado al Registro Civil para constatar este particular) tendría unos 116 años, edad excesiva para seguir el juego de pies. A su favor tiene no obstante que era (o es) militar, mientras que el enorme volumen de trabajo sedentario de despacho del juez (recordemos que el 80% de la tarea judicial en España la realiza él), lejos de permitirle una buena preparación física, le empieza a colocar quilos en las bandoleras. También puede ser decisivo para el resultado del combate el apoyo de la afición. El magistrado, abanderado de los justos y de las almas blancas, cuenta sin duda con un punto a su favor en este apartado; mientras que su rival, en tiempos de un gobierno autodenominado hasta la saciedad “de izquierdas”, goza de muy mala prensa (aunque para nada ha perdido la popularidad, ya que décadas después de su quizá fingida muerte sigue acaparando un enorme protagonismo). Es decir, aunque podría pensarse que se trata de un personaje histórico e incluso obsoleto, y que nada tiene que ver con los problemas y la sociedad española actuales, sigue levantando pasiones… si bien sus mejores amigos y aficionados hace muchas décadas que están muertos (¿o también lo fingieron?), y no le podrán animar en este importante evento. Pronóstico: si finalmente el ex-dictador no está vivo, no podrá comparecer, y entonces ganará el magistrado por resultar ser el único contendiente presentado.

6 Comentarios

  1. Muy bueno!!!!! Me he reído de verdad. Desgraciadamente en lo del Alcalde llevas toda la razón. Luchas contra ellos es como enfrentarse al mar, te agotas y al final…

  2. Este blog destaca en general por su actualidad, nivel técnico y a veces por su humor e ingenio, pero comentarios como este (y otros sobre todo de este autor) alcanzan un nivel más que destacable. Los ingleses, basan el humor en la ironía, y lo llaman «humor inglés» como si les perteneciera la patente. Pero el caso es que Quevedo ya lo practicaba muchos años antes. Sr. Almonacid, has pensado en dedicarte profesionalmente a ello?

  3. ..enhorabona , Victor, per els teus comentaris. No coneixia este blog!
    Realment interesant abordar la vida administrativa amb ironia i amb fundament. Salut!

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