Un mal generalizado (III)

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El apetito recaudador de la Administración no cede, como tampoco mi interés por analizarlo; hoy me refiero a las Comunidades Autónomas (CC.AA.), que también juegan un papel destacado en este asunto.

Partiendo, como siempre, de los datos que proporciona la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas (M. E. H.) por mediación de la Secretaría General de Coordinación Autonómica y Local, se obtienen unas conclusiones contundentes, que paso a enumerar a continuación, centrado en el periodo 2011, 12, 13 y 14.

De entrada debo hacer una pequeña nota aclaratoria sobre los datos manejados: como las cifras disponibles alcanzan hasta Noviembre de 2014, es preciso estimar el comportamiento de diciembre (que, como sucede todos los años y más cuando hay elecciones, tardaremos en conocer); he aplicado el gasto medio del conjunto de CC.AA. durante los tres últimos diciembres, 19.300 M. €, operando igualmente en los ingresos,  12.400 M. €; en resumen, que muy probablemente diciembre de 2014 concluirá con un déficit global de 7.000 M € que, añadidos al desfase acumulado a Noviembre cerrarían el año en -17.000 M €, o sea, más descuadre que el año anterior (-15.000 M)

Con ello en mente, las conclusiones de las cifras (contabilizadas y estimada) proporcionan las siguientes conclusiones:

1.    Las CC.AA. han gastado, en total, 578.300 M. € durante este cuatrienio de crisis; en media equivale a unos 145.000 M € al año, que, desde luego, es una cantidad significativa.

 2.    A pesar de la necesidad urgente de reducir los gastos para cuadrar las cuentas públicas que exige la lucha contra la crisis, la evolución de los presupuestos liquidados por las CC.AA. no puede calificarse como brillante: -150.200 (11), -150.400 (12), -139.000 (13) y según la estimación comentada, -130.300 (14).

 3.    Puede que esos dos últimos años con 12.000 M € de ahorro en los gastos de las CC.AA. sea un dato inaceptable, o injustificable, para algunos, pero conviene señalar que equivale a recortes del 13%. Creo que la debilidad del dato se califica por sí misma si comparamos con cualquiera de los ajustes que han experimentado el resto de variables de la economía durante la crisis (vivienda, salarios, rentabilidades, etc.)

 4.    Adicionalmente a ese escaso esfuerzo de ajuste de los gastos, se ha producido una menor recaudación de ingresos: 126.100 (11), 124.800 (12), 123.800 (13) y según mi propia estimación, 121.200 (14).

 5.    El efecto conjunto de menos ingresos y un nivel de gasto casi constante, genera el descuadre presupuestario que se observa en el cuadro siguiente para el periodo acumulado hasta Noviembre de 2014 (es decir, solo cifras contabilizadas, sin estimación):

En el cuadro se observa cómo  tres comunidades autónomas destacan en este aspecto del desequilibrio presupuestario durante  los años más duros de la crisis: Cataluña, Valencia y Andalucía; de hecho, las tres juntas concentran casi el 60% del descuadre general. En esta misma línea de la exposición, es llamativa la diferencia tan evidente que registran en ingresos y gastos dos comunidades de importancia y tamaño parecidos, como son Cataluña y Madrid, a pesar de lo que algunos políticos declaran.

Otro dato destacable, en mi opinión, es que las Comunidades Autónomas han gastado 559.000 M € en el periodo considerado: quienes observamos estas cifras desde fuera de la administración pública podemos pensar con algo de lógica, que en el presupuesto  hay suficiente “masa crítica” para ofrecer servicios a los contribuyentes (unos 140.000 M € anuales) sin que se resienta el denominado “gasto social”, siempre que se ajuste el enorme volumen de gasto prescindible que le acompaña, por político.

 

 

2 Comentarios

  1. Un análisis detallado de las partidas de gasto demuestra que las CCAA invierten una parte muy considerable de su presupuesto en pagar intereses, cuando el Estado se está financiando a intereses muy bajos y ha recortado muy poco la mayoría de sus partidas de funcionamiento (es decir, excluyendo subsidios: pensiones, paro, …)
    En conclusión, más recortes en Defensa o Asuntos Exteriores permitirían liquidar los intereses que sangran a las CCAA, que podrían dedicar dinero a educación, sanidad, justicia… pero el Estado prefiere denunciar «malbaratamientos» (embajadas, televisiones) que suponen un 0,5% del presupuesto de las CCAA como excusa para seguir recortando en esos conceptos que parece ser que no interesan.
    Los números admiten lecturas diversas.
    Un saludo cordial.

  2. Estimado Xavi,

    En primer lugar, le agradezco que haya leído el artículo, y mucho más todavía, que haya incluido un comentario.

    No me corresponde a mí entrar en el terreno de la naturaleza del gasto público, porque es una cuestión no estrictamente económica.

    Pero sí es tema mío destacar un hecho simple, básico, de los mercados: el precio que cada emisor paga por las cantidades que recibe de los inversores está estrechamente ligado con su capacidad de pago percibida por éstos (entre otras muchas cuestiones); quien presta desea saber si recuperará su inversión llegado el vencimiento.

    No todas las CC. AA. pagan los mismos tipos de interés por sus emisiones; ni todos los países; ni diferentes gobiernos de un mismo país o Comunidad Autónoma en distintos momentos, según cuál sea la percepción de pago de los inversores. En ese terreno, algunas CC. AA. pueden mejorar la gestión.

    Saludos

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