Para todo aquél que quiera estar informado de lo que acontece en Europa en este momento, recomendamos la lectura de la Comunicación de la Comisión “Europa 2020. Una Estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador” (enlace http://ec.europa.eu/growthandjobs/pdf/complet_es.pdf). Nos gusta que aparezca por primera vez la palabra “inteligente” en un documento jurídico (o político-jurídico), aunque sólo sea por el efecto psicológico que pueda causar. Por su parte, los términos “sostenible e integrador” son modernos, pero no nuevos, ni mucho menos inéditos. Como se señala en el propio texto, Europa 2020 propone estas tres prioridades “que se refuerzan mutuamente:
– Crecimiento inteligente: desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación.
– Crecimiento sostenible: promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, que sea más verde y competitiva.
– Crecimiento integrador: fomento de una economía con alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial”.
Encontramos el documento francamente interesante, ya que no sólo aporta “prioridades”, sino también –como vamos a ver a continuación- “objetivos” e “inciciativas” para hacerlas efectivas.
En efecto, los dirigentes de la Unión Europea han mantenido en Bruselas las primeras conversaciones formales sobre la estrategia conocida como "Europa 2020", que la Comisión presentó el mes pasado. En esta declaración conjunta, los 27 anuncian su consenso en torno a la mayoría de los puntos del plan, entre los que destaca una mayor coordinación entre las políticas nacionales y la europea, ya que hará falta mayor cooperación no sólo para salir de la crisis financiera, sino también para afrontar desafíos a medio y largo plazo tales como la globalización, el cambio climático y el envejecimiento demográfico.
Según el documento, “Europa se enfrenta a un momento de transformación. La crisis ha echado por tierra años de progreso económico y social y expuesto las debilidades estructurales de la economía europea. Mientras tanto, el mundo se mueve con rapidez y los retos a largo plazo (mundialización, presión sobre los recursos, envejecimiento) se intensifican. La UE debe tomar en sus manos su propio futuro. Europa puede tener éxito si actúa colectivamente, como Unión. Necesitamos una estrategia que nos ayude a salir fortalecidos de la crisis y convierta a la UE en una economía inteligente, sostenible e integradora que disfrute de altos niveles de empleo, de productividad y de cohesión social. Europa 2020 constituye una visión de la economía social de mercado de Europa para el siglo XXI”.
Por tanto la materia económica se erige, cómo no, en el eje central del documento. Para empezar destacamos del mismo el señalamiento de la crisis como punto temporal y fáctico de inflexión de cara a la nueva Europa: “La crisis es una llamada de atención, el momento de reconocer que «dejar que las cosas sigan igual» nos relegaría a un declive gradual, a la segunda fila del nuevo orden global. Ésta es la hora de la verdad para Europa. Es el momento de ser intrépido y ambicioso. Nuestra prioridad a corto plazo es salir con éxito de la crisis. Será duro todavía durante algún tiempo, pero lo conseguiremos. Se han hecho progresos significativos en el tratamiento de los bancos malos, en la corrección de los mercados financieros y en el reconocimiento de la necesidad de una estrecha coordinación política en la eurozona. Para lograr un futuro sostenible, debemos mirar ya más allá del corto plazo. Europa necesita volver a encontrar el rumbo y mantenerlo. Ese es el propósito de Europa 2020. Se trata de crear más empleo y lograr una vida mejor. Demuestra que Europa es capaz de alcanzar un crecimiento inclusivo, sostenible e inteligente, de encontrar el modo de crear nuevos puestos de trabajo y de ofrecer una orientación a nuestras sociedades. Los líderes europeos hacemos un análisis idéntico de las lecciones que deben aprenderse de la crisis. También compartimos el mismo sentido de la urgencia de los desafíos que nos esperan. Ahora necesitamos hacer juntos que se haga realidad. Europa cuenta con muchas bazas. Tenemos una mano de obra preparada y una base tecnológica e industrial poderosa. Tenemos un mercado interior y una moneda única que nos han ayudado con éxito a resistir lo peor de la crisis. Tenemos una economía social de mercado de probada eficacia”. (José Manuel Barroso; extraído del “Prefacio” del documento).
Para el próximo mes de junio está prevista una cumbre en la que los dirigentes echarán cuentas y decidirán si hacen falta medidas de la UE para que las metas europeas sean iguales a la suma de las nacionales. Asimismo, los gobiernos también deberán explicar en detalle cómo piensan alcanzar esos objetivos a través de los llamados "Planes Nacionales de Reforma", que también deberán abordar los principales obstáculos al crecimiento. Los resultados se someterán a escrutinio en forma de informes anuales publicados para toda la UE.
Me parece un artículo muy actual e interesante, como casi todos los del autor. Tiene dos partes verdad?
Gracias. En efecto, falta la segunda parte, la cual se publicará en breve.
Habría que preguntarse, si el envejecimiento demográfico en Europa no es un reflejo del envejecimiento de la producción de sus ideas, y fundamentalmente, de su esperanza. Porque se antepone o privilegia las debilidades estructurales de la economía, cuando en el fondo la crisis económica, proviene de su crisis en lo social. Proponer una estrategia para el crecimiento inteligente, sostenible e integrador, cuando se afirma falazmente que «se han hecho progresos significativos en el tratamiento de los bancos malos, en la corrección de los mercados financieros..».
¡Pobres dirigentes de la Unión Europea que aspiran a tomar en sus manos su futuro cuando el presente se les escurre como agua entre los dedos!