En otra colaboración que titulé “Los paganos de la crisis” ya vine a exponer la necesidad, más que conveniencia, de recortar lo “recortable” en el ámbito local. Esta cuestión lleva ya años saliendo a relucir en comentarios de todos los calibres desde los primeros balbuceos de la crisis, pero por lo que se puede observar en los medios de comunicación los recortes se han limitado a poco más que al “chocolate del loro” y, claro está, una vez más nos ha tocado a los funcionarios desempeñar el papel de ese “loro”. Entre la clase política estatal y local se nos han reducido las retribuciones, se han congelado las plantillas, se han suprimido las gratificaciones, en algunas entidades locales ni siquiera se cobra, etc. Pero sigue la crisis y mientras al loro se le priva de su chocolate, el buitre continúa con su enorme cantidad de carroña intacta.
A la par, de vez en cuando salta a los medios la noticia de que en algún municipio los vecinos han salido a la calle a protestar debido a los desastres ocasionados por ejemplo debido al mal estado por mal funcionamiento del alcantarillado. Es la típica situación en la que hay una tormenta más fuerte de lo normal y como el alcantarillado está en la más absoluta de las incurias, se inundan los bajos y los sótanos de las viviendas e industrias con todas las consecuencias que eso conlleva.
Pues bien, esos vecinos seguro que se “acuerdan” de los funcionarios, porque a fin de cuentas estamos en España y lo normal por defecto es la animadversión al funcionario por parte de todo aquel que no lo sea. Pero si pudieran prescindir de visceralidades seguramente se “acordarían” mucho más de las dedicaciones exclusivas y parciales, de las asignaciones a los grupos políticos o también de las productividades de escándalo para los funcionarios excesivamente complacientes, ya que por desgracia de todo hay en la viña del Señor.
Es decir, se deja de lado a un servicio municipal como es en este caso el alcantarillado, que es competencia de los municipios desde el tiempo de los romanos. Una de las medidas idóneas para dejarlo de lado consiste en esos recortes antes mencionados que indirectamente llevan al mal funcionamiento de los servicios “propios”. Por tanto, mientras dichos recortes contribuyen a la desidia en servicios públicos propios y la vez esenciales, continúa viva y coleando la bárbara cláusula competencial abierta del art. 25-1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, conforme al cual el Municipio puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal. Eso en el mejor de los casos, porque en otros se trata de servicios y actividades que no tendrían cabida ni en esa cláusula y corresponden a cosas que bien podrían pagar los partidos políticos beneficiarios de cada actividad en cuestión.
Así, mientras se inundan bajos y garajes debido al mal funcionamiento del servicio de alcantarillado, los vecinos tienen para estar muy contentos por la gran cantidad de asesores y puestos de confianza, por los gabinetes de prensa, por las emisoras municipales de radio y televisión y sus departamentos anejos de imagen y sonido, por los “hermanamientos” con otras ciudades, y por un larguísimo etcétera.
Por todo ello insisto. Recórtese los “recortable”, pues la mejor manera de prestar actividades y servicios que redunden en beneficio de la comunidad vecinal consiste en que cada entidad local preste adecuadamente sus servicios propios, sobre todo cuando son esenciales. Dejemos los “elementos sobrantes” para la bonanza, o mejor dicho para nunca, pues realmente no “sirven” al interés publico municipal.
Se pueden poner multitud de ejemplos, pues en los últminos años de bonanza económica , cuando se pensaba que el cuerno de la abundancia era infinito , se han hecho inversiones que en la actualidad no se pueden ni siquiera mantener : ¿ que hay del uso de las infraestructuras craeadas al amparo de los dos planes estatales de inversiones de los años 2009 y 2010 ? , ¿ hay efectivo para pagar el suministro de energía eléctrica o hay que apagar casi todas las farolas de alumbrado público que apenas llevan en la vía pública un par de años ? ¿ que hay de las inversiones faraónicas que ahora no se pueden inaugurar ? Si no hay ningun responsable político de tanto desmán es que somos el país más rico del mundo o que nos viene muy , pero que muy grande el principio constitucional de autonomía municipal.