En la búsqueda del origen y significado del término Ayuntamiento resulta muy ilustrativa y enriquecedora la consulta del Diccionario de nuestra Real Academia de la Lengua que al definir la palabra “Ayuntamiento” hace referencia a la acción y efecto de ayuntar o ayuntarse.-
Es el propio Diccionario el que nos dice que ayuntar o ayuntarse es unir, es juntar y que el Ayuntamiento es una Corporación compuesta de un alcalde y varios concejales para la administración de los intereses de un municipio.
Siguiendo con atención nuestro Diccionario de la Real Academia, al referirse éste a la Administración Pública la define como aquella organización ordenada a la gestión de los servicios y a la ejecución de las leyes en una esfera política determinada, con independencia del poder legislativo y el poder judicial, calificando a la Administración municipal como aquella que cuida de los intereses del municipio y definiendo a la administración económica como aquella que tiene a su cargo la recaudación de las rentas y el pago de las obligaciones públicas.
De un sencillo y correcto análisis de dichas definiciones y conceptos, corroborados por nuestra Real Academia, podemos llegar a conclusiones muy sabias y esclarecedoras de lo que debe ser aquello que llamamos y conocemos como “el Ayuntamiento”.
Es verdad, en nuestro Ayuntamiento nos juntamos, nos ayuntamos todos en el Pleno, a través de nuestros representantes legítimos (nuestros concejales), para la administración y cuidado de nuestros intereses, teniendo a su cargo la recaudación de las rentas y el pago de las obligaciones públicas, debiendo ser una organización ordenada a la gestión de los servicios y a la ejecución de las leyes en una esfera política determinada (la local), con independencia del poder legislativo y el poder judicial.-
En efecto, nuestros Ayuntamientos están para cuidar de que nuestra residencia, permanencia y convivencia en un determinado pueblo o ciudad sea lo mas confortable, agradable, segura, transitable, habitable, y todos aquellos calificativos positivos y loables que podamos imaginar con esa misma terminación semántica de “able”.-
Pero, aun mas, la aspiración de todo Ayuntamiento que se precie no está sólo en garantizar una calidad de vida de sus vecinos/as en lo público, en lo que nos afecta a todos, quiero decir que la ciudad cuente con buenas infraestructuras viarias, de alumbrado público, jardines, instalaciones culturales, deportivas, abastecimiento de agua, alcantarillado, mercados, cementerios y servicios funerarios, ordenación del tráfico, seguridad ciudadana, fiestas y tradiciones, ordenación urbanística sino también y ésta es la verdadera novedad y el auténtico y por cierto difícil reto de las Corporaciones Locales actuales, que sería el de intervenir, afrontar e intentar dar respuesta a los cientos de problemas, inquietudes y necesidades de todos sus conciudadanos/as a nivel personal, en otras palabras, procurar que sus vecinos tengan una vivienda digna y adecuada, posean una adecuada formación cívica, académica y profesional, obtengan un empleo suficiente, disfruten de unas rentas mínimas de subsistencia, dispongan de centros y ayudas las personas dependientes, los jóvenes, los menores de edad, se respete la igualdad de género, el medio ambiente y un largo etc., imposible de relatar en este blog, hasta incluso, me atrevería a decir que se intenta, incluso, por nuestros administradores locales que los ciudadanos/as sean felices en su municipio.-
Es verdad, hoy en día, nuestros Ayuntamientos se han convertido o aspiran a convertirse en los verdaderos vigías, guardianes, protectores y garantes de la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, permanentemente atentos a sus preocupaciones, necesidades, inquietudes de todo orden y de todo tipo, en su mas amplia acepción de la palabra “calidad de vida” y me parece bien, muy bien, pero para alcanzar estos loables y justificadísimos fines, tanto la Administración Central como la Administración Autonómica deberían ser mas sensibles y realistas y aportar cuantos recursos económicos, materiales y humanos sean necesarios.-
Para poder administrar bien, permítaseme la redundancia, es necesario contar con algo que administrar y nuestros Ayuntamientos (nuestros administradores locales) podrán poner todo su cejo y empeño en administrar bien, en administrar transparentemente, en administrar cada día mejor a quienes se deben, a sus representados, a sus administrados pero para administrar bien y para administrar cada día mejor la satisfacción de las ilimitadas “aspiraciones ideales” del municipio a que ya antaño se refería nuestra derogada Ley de Bases de Régimen Local de 1955 (verdadera adelantada en su tiempo) harían falta ingentes recursos económicos, de los que, desgraciadamente, hoy por hoy, no se dispone.
Pues sí, basta con ver cada día los medios de comunicación para comprobar como administran los Ayuntamientos españoles (de las CCAA prefiero no hablar ahora). Si uno además, trabaja dentro de alguno de ellos, comprenderá muy bien que hagan falta ingentes recursos económicos, para sostener el nivel de despilfarro e ineficiencia existente en el manejo de recursos públicos y para satisfacer las «aspiraciones ideales» de rapiña que tienen sus dirigentes y la chusma sectaria y clientelar que les vota.