Ya las tenemos encima y se barrunta una abstención de vértigo. Y es que sus señorías candidatos se la han trabajado. Será, sin ningún género de dudas, una abstención merecida. Desde que tengo memoria política no recuerdo una campaña más anodina, vulgar y gris, sin ningún tema interesante a debate salvo las denuncias de las recíprocas corruptelas y abusos en los viajes oficiales. ¿Europa? ¿A quién le interesa?, parecen decirnos en sus discursos sosos y vacíos.
No existe otro interés que el determinar el actual estado de fuerzas ante unas eventuales elecciones generales. Unos afirman que el liderazgo de Rajoy depende de los resultados, otros desean comprobar hasta qué punto la crisis económica está desgastando al gobierno. Así, entre esos unos y esos otros, la campaña electoral zozobra hacia el abismo.
Y, por si fuera poco el tostón de mítines cañeros, los contendientes nos regalan con la consabida sarta de vídeos sicofantes. ¡Cuidado, que vienen los fachas! ¡Alerta, que España se hunde! Más y más del maniqueísmo demagógico que aburre a las ovejas. ¿Y Europa? ¿A quién le interesa?
Sólo saldremos de la crisis con una acción coordinada europea, sólo podremos avanzar en nuevos modelos con políticas europeas, tan sólo desde Europa podremos pesar más en el mundo. Europa es importante, Europa es determinante, a pesar del vacío que se le hace en esta campaña. Y como muestra un botón. Los municipios se han beneficiado hasta ahora de diversos programas comunitarios que están a punto de concluir. En estos tiempos de asfixia financiera, serían un auténtico bálsamo. ¿Alguien dice algo? No. Los candidatos están muy ocupados en determinar el serial histórico de usuarios del Falcon. ¿Cómo van a perder su valioso tiempo en menudencias comunitarias?
Los vamos a castigar con una alta abstención. No nos merecemos esta tomadura de pelo.