Ayer se podía leer en el Diario Sur que el Ayuntamiento de Melilla en colaboración con los sindicatos UGT, Comisiones Obreras y Csi-Csif, va a organizar a lo largo del año 2008, a parte de los del Ministerio de Administraciones Públicas, más de 70 cursos para formar a los funcionarios, de los cuales casi 30 son financiados con fondos propios de la Administración Local.
Entre los cursos que se van a poner en marcha están desde uno de informática básica y mecanografía para ordenadores hasta otros más complejos dirigidos a colectivos concretos como el de educador en centros de acogida (20 horas), uno de intervención social con familias inmigrantes con menores en situación de riesgo (20 horas), uno de gestión tributaria en la Ciudad Autónoma, el curso estrella acerca del Estatuto de la Función Pública (30 horas), el de autocad (30 horas), el de prevención de riesgos laborales (50 horas), el de inglés avanzado (70 horas) o de grúas móviles (75 horas).
Lo curioso de esta noticia no es la noticia en sí, sino el hecho de que el Gobierno Local incluya como fórmula adecuada para ofrecer mejor servicio a los contribuyentes, uno de los cursos organizados, el de Danza Española; ya que sinceramente no veo la utilidad que puede tener este tipo de cursos en la atención ciudadana, en comparación con el de técnico de organización administrativa y función pública de 100 horas, el de lenguaje de signos de 30 horas, el de access también de 30 horas, el de archivo y registro de documentos de 15 horas, el de primeros auxilios o uno de tramitación de licencias también de 15 horas.
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