La LBRL (Ley 7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local) reserva determinadas funciones a los FHN (funcionarios de administración local con habilitación de carácter nacional). Pero no se trata de nada nuevo, ya que las figuras de Secretario, Interventor y Depositario (actual Tesorero) se remontan al siglo XIX, teniendo antecedentes desde la Edad Media. Por ello sorprende ver en un periódico catalán la noticia de que «El 66% de los ayuntamientos catalanes carece de interventores, secretarios o tesoreros» , mientras que otro diario de Castilla y León, también en fechas recientes, titula que «La bolsa de interinos cubre la ausencia de secretarios en 381 ayuntamientos».

Para cualquier persona ajena al mundo de la Administración Local estas pueden parecer las típicas noticias utilizadas para rellenar las páginas del periódico cuando no hay novedades relevantes. Sin embargo, a los conocedores de la vida local les recuerda una realidad verdaderamente escandalosa.

Ya se ha señalado que las funciones reservadas a los FHN no son nada nuevo, sino que tienen una larguísima tradición jurídica en nuestro ordenamiento jurídico. Además, no cabe olvidar que son básicas, tanto por ser impuestas por la LBRL, como por ser esenciales para el buen funcionamiento administrativo. Añádase la larguísima tradición de los colectivos de FHN, dado que los actuales son traslación pura y dura de los anteriores Cuerpos Nacionales de Secretarios, Interventores y Depositarios, los que a su vez son una mera actualización de los antiguos escribanos, contadores y mayordomos, equivalentes medievales de los Secretarios, Interventores y Tesoreros.

Entonces, sabiendo que es consustancial aun buen funcionamiento de las Entidades Locales contar con los correspondientes FHN y teniendo en cuenta que no se trata de una obligación recientemente implantada, ¿cuál es el motivo de la escandalosa falta de habilitados nacionales?

Y teniendo en cuenta que faltan pocos meses para que la LBRL cumpla los 40 años, la única explicación posible es el incumplimiento por las sucesivas Administraciones de uno y otro signo político de sus obligaciones, que han permitido que durante décadas no existan suficientes habilitados.

Una primera explicación la encontramos en la desconfianza que en los albores de nuestra democracia tuvieron nuestros políticos hacia los Cuerpos Nacionales, a los que se tildaba de franquistas. Y nada más injusto, ya que el colectivo encuadrado en la entonces organización corporativa lo componían mayoritariamente un gran número de magníficos profesionales empeñados en el mayor respeto a la legalidad vigente. No cabe negar que en tiempos del franquismo la legalidad vigente era otra, pero la base de cualquier Estado de Derecho es el respeto a la legalidad vigente, mientras que la base de la dictadura es la posibilidad de escapar a la aplicación de la Ley cuando sea la voluntad del dictador.

Pero es más, si realmente dedicamos un tiempo a bucear en los antecedentes históricos, podemos encontrarnos con que en los viejos Cuerpos Nacionales se encuadraron grandes administrativistas, como fueron Nemesio Rodríguez Moro, Juan Ignacio Bermejo Gironés, Ramón Martín Mateo, Luis Chacón Ortega, Ángel Ballesteros Fernández, Fernando Albi Cholbi, Julio Castelao Rodríguez, Jesús María González Pueyo y otros muchos.

Si tenemos presente que el incumplimiento de la obligación de convocar y cubrir adecuadamente las plazas reservadas a FHN se ha prolongado tan largo tiempo, no cabe más calificativo para las Administraciones sucesivas que no han hecho lo debido que de irresponsables. Efectivamente, son irresponsables, pues nadie exige ni pretende exigir responsabilidad alguna, aunque tan dilatada inobservancia solo permite explicación en la culpa o la negligencia.

Un ánimo justiciero podría demandar el inicio de una exigencia de responsabilidad, pero mucho tememos que la única cuya exigencia es viable es la responsabilidad política y la misma solo es aplicable por los electores. Que es seguro que mayoritariamente seguirán apoyando a los mismos Partidos Políticos que han gobernado las diferentes Administraciones.

Pero lo relevante no es mirar hacia atrás. El estudio de la historia es muy útil si sirve para evitar hacer en los errores del pasado, pero es absolutamente inútil, sino acaba siendo perjudicial, si el objetivo es la revancha. Por ello, no se pretende levantar la voz con ánimo de determinar si ha sido más culpable Fulano o Mengano, sino que se aplique el propósito de la enmienda y se invierta la tendencia, con la finalidad de llegar a lograr que todos los Ayuntamientos y demás Corporaciones Locales vean cubiertas sus necesidades de asistencia por los FHN.

1 Comentario

  1. Cuánta razón tienes Fernando.
    La experiencia de la historia es fundamental para seguir progresando.
    En esta época de Autonomías lo nacional suena a imposición, cuando muchas veces es la mejor solución para todos, como los FHN que comentas.
    Un abrazo, Juan

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