Ya tenemos ahí de nuevo una saludable convocatoria de Elecciones Locales y Autonómicas. Los que aspiraban en cada uno de los partidos a estar en las listas en posiciones de cargo público viable ya se han dado todos los codazos en su momento y llega la hora de la verdad, hora de preguntarle a los ciudadanos si sus supuestas ideas son válidas y además si los ven como personas aptas para la dirección de la cosa pública durante cuatro años.
Ahora es el momento de presentar los programas electorales a los posibles clientes-votantes , o lo que es lo mismo, buscar mercado para las ideas y vender éstas y a los candidatos que las ejecutarán, dicho sea –por supuesto- en términos mercantilistas de oferta-demanda, de la mejor forma posible. A través de dos cosas:
1. Proponer ideas, que deben a) Analizar los problemas existentes. b) Saber de qué medios se dispone para solucionarlos. Y c) Proponer-prometer soluciones.
2. Proponer candidatos. Deben mostrar que son aptos intelectualmente, tenaces, voluntariosos y honrados.
El partido que más y el que menos aprovechará para descalificar echando trapos sucios al oponente y así en muchas ocasiones no se discutirán ideas sino que se calificará-descalificará por ser uno quien es o venir de donde viene.
Las ideas generalmente quedarán bastante al margen. Se nos mostrarán programas más o menos abstractos proponiendo soluciones más o menos voluntaristas. Pero los más atrevidos hasta dirán cosas concretas. Programas que colgarán en webs oficiales y que en cuanto pasen las elecciones serán eliminados no vaya a ser que el rastro delate más de una incongruencia al cabo de un tiempo. Eso ya se ha visto con anterioridad.
El caso es que puesto que tenemos una flaquísima memoria no estaría de más, aparte de tomar memorex grageas, instaurar un Registro de Promesas Electorales (REPELE). En este Registro se podrían y se deberían anotar tanto los análisis previos de los problemas de cada partido, como todas las acciones que se proponen para solucionarlas. La idea es sencilla y aparentemente factible. Otra cosa es que alguien tenga algún interés en hacer algo al respecto. Ya lo dijo el inefable, ilustre y realista Profesor Tierno Galván, Alcalde de la Villa y Corte: las promesas electorales están hechas para no ser cumplidas. Sea leyenda urbana este dicho o no, cuánta realidad es.
En este Registro incluiría el partido, las elecciones de que se trata, el programa completo, las principales declaraciones de los candidatos que encabezan listas. Se debería instaurar y controlar desde la Junta Electoral Central y que cualquier ciudadano tuviese derecho a que se certificase qué se dijo por quién en qué momento.
Y si no lo hace la JEC, lo podrían hacer los periódicos. Ya comentamos en su momento en este Blog que las elecciones son un contrato electoral y que debería pasar algo cuando alguien incumple su parte. Sin embargo los propios políticos, que tanto regulan y tanto intervienen en la vida privada de todo ciudadano, a veces sin verdadero motivo, no van a autointervenirse estableciendo normas para determinar consecuencias en caso de incumplimiento electoral, es obvio. La única sanción posible en caso de incumplimiento del programa a posteriori es el castigo electoral. Pero ya que “no pasa nada” por incumplir abiertamente, al menos tendríamos una objetivación oficial de chequeo de lo que se dijo y lo que ha pasado en realidad. Y a más de uno se le caería la cara de vergüenza.
Bueno, o quizás no.
Reflexión muy acertada. Siempre he pensado que debería de llevarse ese registro de promesas hechas, para poder evaluar durante la legislatura la credibilidad de los políticos que elegimos. Haré correr el enlace de este artículo, a ver si mas de uno piensa antes de votar.
Los ciudadanos ya se han adelantado (como siempre): http://loprometidoesdeuda.com/P%C3%A1gina_Principal
¿Qué os parece está Wiki: «lo prometido es deuda»?
http://loprometidoesdeuda.com/P%C3%A1gina_Principal